viernes, 28 de octubre de 2011

Prisioneros de la Luna Capítulos 3, 4 y 5.


Capítulo 3.
El regreso a Small Town.

-No comprendo qué me sucedió-Dijo Noah mientras iban por la ruta de regreso a Small Town-Tenía tres puñaladas. ¿Cómo pudieron haberse sanado tan rápido?
-No lo sé-Pierce estaba sumamente preocupado, muy pocas veces lo estuvo-Están sucediendo cosas demasiado extrañas. Más nos acercamos a nuestros padres y es mayor la cantidad de preguntas que nos hacemos.
-No lo comprendo. ¿Y ahora que haremos en Small Town?
-Volveremos con Ethan. Viviremos por un tiempo con él e investigaremos. Si no hacemos caso a las palabras de Mikáil no tenemos nada. Es la única oportunidad de encontrarlos…
Noah no dijo más nada. No confiaba en las palabras de Mikáil. Se encontraba confundido. No comprendía cómo sanó tan rápidamente ni qué es lo que harán para encontrar a sus padres. Tal vez sea solo cuestión de esperar.
El cielo fue pintándose lentamente de un rojo intenso. A lo lejos, detrás del horizonte una enorme esfera de fuego se asomaba. Pierce agarró su teléfono mientras manejaba y llamó a Ethan.
-Volveremos-Le dijo sin siquiera saludar. No estaba de humor ya que toda esperanza de encontrar a sus padres colgaba de un hilo.
-Aquí estarán a salvo-Le dijo Ethan luego de dar un respiro-¿Los encontraron?-Le preguntó aunque por la voz de Pierce ya suponía la respuesta.
-Aún no…
-No bajen los brazos. Ya llegará el momento. Los espero…
La llamada terminó y el silencio volvió a reinar.
Noah se tocaba el abdomen y trataba de comprender qué le sucedió pero no lo sabía. Fue algo extraordinario.
Luego de horas de viaje entraron en Small Town y llegaron a la casa.
-Sabía que eran ustedes-Dijo sonriendo Ethan-No hay muchos v8 en este pueblo.
Noah sonrió y se bajó del auto.
-Estaba preocupado por ustedes-Le dijo Ethan a Noah mientras lo saludaba con un abrazo-Espero que me lo cuentes todo con lujo de detalles.
-Lo haré. Aunque tenemos mucho tiempo para hablar.
Pierce agarró su bolso y cerró el auto. Luego subió la loma y fue al porche donde estaban Ethan y Noah.
-Supongo que se quedarán unos días-Dijo Ethan con la sonrisa de siempre.
-Supongo que sí…-Pierce se encontraba sumamente preocupado. Era verdad que cada vez que intentaban acercarse a sus padres sucedían cosas sumamente extrañas. Desde que ellos se fueron que sucedían cosas anormales.
-Muy bien ya saben cuáles son sus habitaciones. Mi casa es su casa-Estaba feliz de tenerlos de regreso. Algo lo tenía preocupado aunque no sabía que era.
Pierce entró a la casa y dejo el bolso donde ahora sería su habitación. Luego se recostó en la cama y se quedó pensando en todas las cosas que sucedieron.
-Noah vamos a tomar unas cervezas y me cuentas qué sucedió allí. ¿Te parece?
Noah sonrió y asintió con la cabeza. Entraron a la casa, Ethan agarró unas cervezas y fueron al living donde se sentaron en dos grandes sillones.
-¿Fueron a Escipion por Mikáil?-Preguntó Ethan para que Noah comience a contarle.
-Si lo hicimos pero no estaba ahí. Un anciano nos dijo que estaba en un pueblo cercano. Nos habían advertido que estaba maldito y que todo hombre que fue no regresó.
-¿Maldito?-Preguntó desentendido-Ese hombre estaba loco-Sonriendo bebió un sorbo de cerveza.
-No estaba tan equivocado.
Ethan se quedó observando fijamente a Noah luego de esas palabras. Luego sonrió vagamente.
-Un pueblo maldito-Se dijo a sí mismo-¡Noah eso solo pasa en las películas!
-Una vez que fuimos encontramos un cuerpo desgarrado y una casa alejada del pueblo-Continuó sin hacer caso a las palabras que le había dicho su primo, era más que claro que él también pensaba lo mismo-Una vez que llegamos a la plaza principal del pueblo un hombre se encontraba muerto atado en un poste.
-¿Qué clase de animal haría esas cosas?
-Aquel pueblo estaba aterrado por algo que desconozco. Al parecer algo o alguien estaba asesinando a las personas de aquel lugar-Se detuvo a beber cerveza, respiró hondo y continuó-Nos rodearon y nos atacaron. No teníamos elección, tuvimos que matar. Pero eran demasiados y antes de que nos maten un hombre los frenó. Nos dijo que Dafrosía y Jador estuvieron ahí. Que ellos fueron quienes llevaron la maldición al pueblo y que al parecer se fue con ellos. No nos dio mucha información más que la de la decadencia de su pueblo. Luego dijo algo extraño-cerró los ojos recordando aquel momento-“Todo sucederá en Small Town”.
-¿Qué demonios abra querido decir con eso?-Ethan se encontraba cada vez  más confundido.
-No lo sé pero espero averiguarlo-terminó su lata de cerveza y continuó-Luego de eso nos dijo que nos fuéramos. Pasamos entre las personas y continuamos. Luego corrieron hacia nosotros para matarnos y escapamos aunque hay dos cosas que no terminan de cerrarme. La primera es que le disparé en el hombro a Mikáil y luego escapamos con el auto. Pero por el espejo retrovisor pude observa cómo nos miraba de pié con una sonrisa en el rostro como si no tuviese dolor.
-¿Estás seguro de que le pegaste en el hombro? –Ethan no podía creer que luego de un disparo alguien sonría.
-Lo estoy… pero eso no es lo más sorprendente-Ethan lo observó sorprendido al escuchar estas palabras-La segunda cosa que no comprendo es que, logramos escapar sí, pero uno de los hombres me clavó tres puñaladas en el abdomen. Yo me desmayé por la pérdida de sangre y cuando desperté unas horas después ya no tenía heridas. Mi cuerpo estaba completamente sano-Noah ve que Ethan se agarraba la cabeza con su mano derecha y en su rostro se reflejaba el dolor-¿Estás bien?
-Si no te preocupes es un dolor repentino. No logro entender absolutamente nada. ¿Cómo pudiste sanar tan rápido? Esto es demasiado extraño…-Ethan no termina de creer las palabras de Noah. Es algo casi imposible de creer pero él no tenía razones como para mentir-¿Es verdad lo que me estás contando?
-Es cierto-Dijo Pierce que se incorporó en la charla mientras abría una lata de cerveza y se sentaba en uno de los sillones-No sabemos cómo sucedió-Los ojos fríos de Pierce demostraban que no estaba mintiendo-Tal vez Mikáil colocó alguna droga en el vaso donde tomamos y simplemente alucinamos. Aunque no lo creo fue demasiado real. Y esa sangre…
Noah se quita la campera y su remera blanca se encontraba completamente manchada por sangre en la zona de su abdomen. Ethan lo observa y le levanta la remera para observar si era cierta o no lo que le contaron y ve que no tenía ni un rasguño.
-Tal vez es la sangre de otro…
-Es imposible ya que también hay sangre en el auto debido a mi desangramiento. Esta sangre es mía aunque no poseo ninguna herida. No estábamos alucinando, sucedió de verdad. No sé cómo pero sucedió.
Ethan vuelve a tomarse la cabeza y larga fuertemente la respiración. El dolor de cabeza era cada vez más fuerte.
-Iré a tomar algo para la cabeza, me está matando. ¡Prepararé el almuerzo! –Dijo mientras se alejaba.

Ethan era uno de los hombres más adinerados del pueblo. Era dueño de la mayoría de los bares. Con tan solo veintiséis años era el más popular.
-Que tranquilo esta aquí-Dijo Noah-Tal vez tengamos un poco de paz por un tiempo…
-Nunca tuvimos paz-Pierce se encontraba resignado, estaba atado a su destino que cada vez le complicaba más las cosas-. Sólo debes adaptarte.
El mediodía llegó y el pollo ya estaba sobre la mesa, al igual que ellos tres.
-¿Estás mejor del dolor? –Le preguntó Noah.
-No, aún me sigue doliendo. Nunca sufro de dolores de cabeza, es extraño.
-Tal vez debas ir al médico-Le dijo Pierce-. Con todas las cosas que están sucediendo debemos anticiparnos a absolutamente todo.
-Si mañana continuo con este dolor voy a tener que ir. Odio ir al doctor-Dijo sonriendo-.Mejor llamo para que me vengan a ver aquí. Hoy tengo que pasar por los bares para ver que todo esté bien. ¿Ustedes que piensan hacer durante la estadía?
-Aún no lo sabemos-Dijo Pierce.
-¿Por qué no trabajan para mí? No me gustaría verlos todo el día tirados en la cama sin hacer nada- Dijo con una tonada burlona.
-Por mí está bien-Dijo Noah-. Me vendría bien hacer algo, al menos por un tiempo.
-Excelente. ¿Y tú Pierce?
-Mmm –Dio a entender que primero quería terminar el bocado de pollo. Bebió un poco de cerveza y continuó-¿Por qué no?
Ethan se colocó una mano en el mentón y se puso a pensar.
-Ya lo sé. Ustedes se encargarán de atender y servir los tragos desde la barra en los dos mejores bares que tengo.
Noah sonrió y continuaron almorzando. Hablando un poco del trabajo, de sus padres, de la vida en Small Town.
La noche llegó y ya era hora de que comiencen con el trabajo.
-Noah trabajarás en el bar “Bristod” y Pierce en “Garata”. Yo personalmente los llevaré y los presentaré con las personas que los ayudarán con la tarea. Espero que estén listos-Dijo sonriente. Después de un año volvieron a vivir con él.
-Yo lo estoy-Dijo Noah cuando se colocaba su campera de cuero.
-¿Vamos con mi coche? –Preguntó Pierce.
-Me parece bien, primero llevaremos a Noah y luego iremos a Bristod.
Subieron en el camaro y comenzaron con el trayecto. Fueron hasta el centro del pueblo. Luces, música, bares, fiesta. Era completamente diferente a la otra parte del pueblo que se caracteriza por su silencio. Un gran bar y una fila de personas esperando por entrar se encontraban en “Bristod”.
-Bueno llegamos a destino-Le dijo mientras le indicaba donde detenerse a Pierce-.Noah acompáñame, te presentaré con el resto de mis empleados-Le dijo mientras lo abrazaba con su brazo izquierdo y caminaban hacia la entrada.
Un hombre de aproximadamente dos metros se encontraba en la puerta, era de seguridad. Apartó a la gente y abrió paso para que Ethan y Noah puedan ingresar.
-¿Cómo está la noche?-Le preguntó Ethan al hombre sonriendo.
-Muy bien señor-Respondió serio, tal vez un poco intimidado.
-¡Que siga así entonces! –Lo golpeó en el pecho amistosamente y luego entraron al bar.
Por ser un bar era enorme. Tenía tres pisos. En el primero estaban las mesas, una barra, sillones, música, efectos de luces, mesas de pool, etc. En el segundo piso era exclusivo para bailar, donde también había otra barra. Y por último se encontraba el tercer piso, donde era una gran terraza al aire libre donde pasan más música.
-Ahora trabajarás aquí – Le dijo Ethan. Se encontraban en la zona de bar- Te presentare con Ángel que es el encargado de la barra.
Noah asintió con la cabeza y entraron a la barra.
-¡Ethan tanto tiempo! –Dijo Ángel con una sonrisa- Hacia bastante que no pasabas por acá.
-Solo vengo cuando hay problemas, y con vos a cargo nunca los hay-Sonriendo le dio un abrazo-. Él es Noah mi primo, trabajará contigo. Quiero que le enseñes como es la movida.
-Entiendo perfectamente-Dijo sonriendo.
Ethan se despidió de ambos y volvió al auto.
-Ven Noah hoy observa como trabajo, luego te daré una planilla con todos los tragos, como se preparan y sirven. Mañana practicarás algunos. Empieza de a poco, aprende bien y sobre todo ¡diviertete!- Le dijo al mismo tiempo que extendía sus brazos como mostrándole dónde es que se encontraba y sonriendo continuó-.Estás en uno de los dos mejores bares de aquí.
- Creo que no me vendría mal un poco de diversión después de tanto sacrificio-Se le escapó una leve sonrisa-. Creo que es un buen momento para tomarse las cosas con más calma… ¡A servir tragos!
-Bueno Pierce, ahora vamos a Garata. Está a unas pocas cuadras de aquí-Este otro bar no se encontraba en la calle principal sino que estaba frente al mar-. Dobla a la derecha tres cuadras y luego a la izquierda dos más y llegamos a destino.
Pierce asintió con la cabeza y continuaron.
-Es una hermosa noche como para empezar a trabajar-Dijo Pierce.
-Cálida y despejada-Las noches de verano ahí eran perfectas, un clima ideal-Espero que ambos se adapten rápido. Igual los estoy llevando donde estoy seguro de que no les van a complicar las cosas sino que al contrario, se las facilitarán.
-Noah y yo siempre nos adaptamos a cualquier cosa. No es gran problema para nosotros.
-Lo sé lo sé, pero prefiero saltarme el paso de los malos tratos. No tengo ganas de escucharlos llorar cuando vuelvan de trabajo-Luego de una carcajada continuó-. Además necesito gente de confianza que esté ahí y me mantenga al tanto.
-Parece que es aquí-Dijo Pierce, ya habían llegado a destino.
Estacionó el camaro cerca del bar y se dirigieron hacia la entrada. Este era muy diferente al otro. No poseía pisos arriba pero era mucho más grande. Hasta cierta hora es bar y luego se corren las mesas y la gente se junta a bailar. Una fila de casi una cuadra estaba esperando por entrar. Adentro estaba prácticamente lleno. También había mesas afuera para tomar algo mientras se observa al mar. Grandes ventanales por todos lados y un cartel grande arriba que decía “Garata”.
Luego de saludar a una gran cantidad de personas, Ethan ingresa junto con Pierce.
En el fondo estaba la barra. Dos hombres y una mujer se encontraban del otro lado de ella sirviendo los tragos.
-Ethan ya era hora de que vengas a visitarnos-Dijo uno de ellos-. ¿Qué te trae por aquí?
-Vengo con mi primo Pierce, el a partir de hoy va a trabajar con ustedes. Quiero que le enseñen todo lo que saben así puede comenzar a moverse un poco.
-Yo me encargo de eso-Dijo la mujer con una sonrisa y observando a Pierce con una mirada penetrante.
-Jajaja parece que ya hay alguien interesada en vos –Le dijo Ethan a Pierce-. Muy bien los dejo conocerse mejor, yo voy a ver como vienen mis otros bares.
Se despidió y se fue.
Durante la primera noche a ambos les explicaban cómo hacer los diferentes tragos a medida que la gente los iba pidiendo. Conocieron al resto de los empleados e hicieron algunas amistades.
 Luego de unas horas el sol se asomó detrás del mar, anaranjado y gigantesco pintaba al cielo de rojo. La  gente que quedaba en los bares comenzó a retirarse y por último los empleados. El primero en llegar a la casa de los hermanos fue Pierce y una hora después Noah. Ethan ya se encontraba durmiendo al igual que Pierce.
-¡Arriba dormilón! –Le dijo Ethan a Noah golpeándolo con una almohada- Tu hermano ya está levantado y pronto estará la comida.
-¿Qué hora es?-Preguntó con una voz ronca. Apenas podía abrir sus ojos.
-jajajaja-Lanzó una gran carcajada Ethan- ¿El primer día y ya con resaca? Veo que los chicos de la barra te bautizaron con vodka. Todos los nuevos pasan por eso. Te voy a buscar algo para la cabeza y el estómago jajaja-Ethan se alejó y fue hasta la cocina.
Noah continuó acostado intentando que se le pase el dolor de cabeza.




-Noah acá te traje las cosas.
Noah se levantó y tomo las pastillas para sentirse un poco mejor.
-Ya está la comida en la mesa, vamos a comer y hablamos un poco. ¡Quiero saber cómo les fue! –Lo miró sonriente y continuó-. Aunque parece que a vos te fue bastante bien jajaja
Noah fue junto con Ethan a la mesa. Tres platos con fideos y una salsa aurora que los cubrían se encontraban sobre la mesa.
-¿Pierce como estuvo la primer noche de trabajo? –Pregunto Ethan interesado.
-Muy bien, el ambiente es bueno y me adapté fácil. Aunque fue solo una noche. Ethan te quiero agradecer por darnos trabajo y hogar, pero no olvides que…
-Ya lo sé-Lo interrumpió seriamente-.Apenas tengan una pista partirán. Eso esta mas que claro y yo no voy a interponerme. Saben que los apoyo en esto y cuenten conmigo para lo que sea.
-Gracias lo sabemos. Aunque al parecer este pueblo guarda muchos secretos que desconocemos y que podrían ayudarnos a encontrarlos-Sus ojos, con una mezcla de inquietud y frialdad miraban fijo hacia el centro de a mesa. Pensativo continuó-.Nos están sucediendo cada vez cosas más extrañas. No solo yo, sino que ahora Noah. No puedo explicarme como sanó sus heridas tan rápidamente…
-Ninguno de nosotros podemos explicarlo-Dijo Noah. Con su mano derecha sujetaba su frente, el dolor de cabeza aún continuaba-. Pero presiento que pronto lo sabremos, estamos muy cerca.
Los rayos del sol penetraban a través de los ventanales de la casa, iluminando a todo el comedor.
-A veces pienso si todo esto que estamos haciendo realmente vale la pena- Dijo Pierce con un dejo de angustia en su rostro, como pocas veces-. Tanto esfuerzo… Casi perdemos nuestras vidas en varias ocasiones. ¿Y si todo esto es para nada?
-Nada en el mundo es para nada, todo esfuerzo tiene su recompensa. Estoy seguro que ustedes encontrarán a sus padres. O al menos sabrán que sucedió con ellos. Ahora es cuando deben ser más fuertes y continuar. Cada vez están más cerca de ellos, de la verdad. ¿Es tiempo de bajar los brazos Pierce?
-Tienes razón. Es que todo este esfuerzo…
-No es en vano. Vayan a la playa un rato, despéjense un poco de todo esto. Luego nos veremos-Ethan se levantó y se fue a su habitación.
Ellos hicieron caso a sus palabras y fueron a la playa…

Capítulo 4.
El reencuentro.
Ya habían pasado tres semanas desde que volvieron a la casa en Small Town.
Aquél miércoles estaba estrellado y bajo una gran luna que no se dejaba ver completamente.
Noah estaba trabajando en la barra del la parte bar de Garata.
-Dos tequilas-Dijo un hombre vestido con una camisa y un pantalón negro.
-Uno de los encargados de la barra sirvió el tequila y luego aquel hombre le dijo algo en el oído.
Luego el compañero de trabajo se acercó a Noah y lo tocó en el hombro.
-Hay un hombre extraño de camisa que pregunta por vos-Le dijo inquieto-Está en la esquina de la barra.
Noah le hizo un gesto a su compañero y fue hacia donde le dijo. Éste lo observaba por si había problemas. Cuando se acerca no puede ver su rostro ya que se encontraba de espaldas. Éste sin verlo le acercó un shot de tequila.
-No me dejarás tomando solo esta noche-Le dijo mientras volteaba.
-¡Blitz! –Dijo Noah sorprendido y alegre al ver su blanco rostro-¡Estas cambiado!
-Pasaron tres largos años, creo que es normal que no sea igual-Dijo sonriendo mientras chocaba la mano con su viejo amigo.
Blitz era amigo de la infancia de los dos hermanos. Prácticamente se criaron juntos. Pero luego tomaron caminos diferentes. Su cuerpo delgado y alto hacía juego con su tez blanca como la luna y sus ojos oscuros como la noche.
-Te hacía menos pálido.
-Con los años mi piel se va aclarando. Los médicos no saben qué puede ser. Sólo me dicen que no me acerque al sol ya que es muy sensible. Pero creo que no es momento de  hablar sobre mí cuando hay dos shots de tequila llenos-Dijo con una mirada sobria.
-Tienes razón-Dijo Noah sonriendo. Tomaron cada uno un shot. Colocaron sal entre los dedos índice y  pulgar y unas rodajas de limón al lado. Primero la sal luego el tequila y después el limón-. Aaahh este sí que es fuerte-En su rostro podía la felicidad de volver a encontrarse con su viejo amigo.
-¡Al fin venden buenos tequilas en este bar!-Blitz conocía al pueblo tan bien como Ethan-. Tu primo escuchó al menos uno de mis consejos y lo puso en práctica. ¿Tu hermano dónde está?-Preguntó.
-En otro bar, se llama Bristod.
-Si lo conozco. Aunque no creo que sea bienvenido ahí- Sus ojos siempre se encontraban como si ocultasen algo-. La última vez les di una paliza a todos los guardias de seguridad y tuve que marcharme para no volver. 
-Ethan me contó-Dijo sonriendo-. Estabas borracho e hiciste lo que no debías hacer-Dejó salir una carcajada y continuó-. No podía creer que vos solo golpearas a ocho guardias de seguridad que duplicaban tu tamaño y sin dificultades.
-Bueno digamos que vos también sos un hueso duro de roer. Además los guardias no saben más que encerrarse en el gimnasio y tomar porquerías para agrandar su cuerpo. Ustedes tendrían que ser del cuerpo de seguridad más que estar ahí detrás de la barra. No les haría mal un poco de acción en las noches.
-No pienses que este trabajo es muy malo-Sonriendo y abriendo sus brazos como mostrándole el sitio donde se encuentra continuó-¡Acá tengo música, tragos, fiesta, y sobre todo mujeres!
-Siempre el mismo-Por primera vez se pudo visualizar una sonrisa en su rostro-Bueno, creo que es hora de que vaya a ver a tu hermano.
-¿Vas a ir de todos modos?
-Hasta donde sé en la entrada no están los mismos de antes, no me reconocerán. Y adentro no armaré alboroto como para que me echen. No tengo ganas de volver a mancharme las manos.
-No sería ni la primera ni la segunda vez-Le dijo y chocó su mano con la de su viejo amigo.
Blitz se paró y se marcho ocultándose entre la gente.
Noah continuó con su trabajo. Estaba realmente contento de que vuelva al pueblo, tal vez ahora puedan contar con él como en los viejos tiempos.
Bristod estaba repleto de gente, era una de las noches de viernes más pobladas para aquel lugar.
Pierce estaba trabajando y no tenía un segundo para  descansar.
-Dos tequilas-Dijo Blitz nuevamente como lo hizo con Noah.
-¿Blitz? –Dijo Pierce cuando se lo quedó mirando fijo, estaba más que claro que tenía un parecido pero estaba muy cambiado de la última vez que se vieron hacía ya tres años-¡BLITZ! –Dijo una vez que lo reconoció-. Cúbreme-Le dijo a uno de sus compañeros y salió de la barra-. Tanto tiempo viejo amigo-Le dijo mientras lo abrazaba.
-Ya pasaron alrededor de tres años… Creo que era hora de que nos volvamos a juntar los tres.
-Estás pálido.
-Mi piel se aclara con el tiempo. Nadie sabe qué es lo que tengo pero al parecer no es ofensivo.
-Si sigues así tus dientes se verán oscuros comparados con tu piel-Le dijo sonriendo-¿Te quedarás aquí por un tiempo o viajarás?
-Vine para quedarme. Tenemos mucho para hablar. Ethan me avisó de la llegada de ustedes dos y decidí venir a ayudarlos con su búsqueda-Aunque la desaparición de los padres de los hermanos fue hace dos años y Blitz no estaba ahí el se enteró hace un año cuando fue a visitarlos y vio que no estaban. Luego fue a lo de Ethan y le contó todo.
-Así que vas a ayudarnos en la búsqueda-Se detuvo un segundo mientras lo miraba asombrado-Sabía que podíamos contar con vos, esto es una gran ventaja. Pronto los encontraremos-Dijo sonriendo.
Blitz sacó un celular, uno de los últimos en el mercado, y lo mostró a Pierce.
-Al final te decidiste y te compraste uno-Blitz no usaba teléfono celular en los últimos tres años. No quería tener contacto con nadie durante su viaje.
-Ahora lo necesitaré para mantenernos en contacto por si alguno recolecta información y necesita ayuda.
Una mano se posa sobre el hombro de Blitz y una voz grave y fuerte se hace notar.
-No puede estar la basura aquí dentro-Era el jefe de los guardias de seguridad, un hombre de aproximadamente dos metros. Tan grande que nadie se atrevía a estar cerca suyo. Él presenció cómo sus hombres fueron golpeados por Blitz y aunque esté cambiado no olvida las expresiones frías de su rostro.
-No es buena idea-Le dijo Pierce al guardia.
-Está bien, ya es tarde de todos modos. Mañana pasaré por tu casa y hablaremos  tranquilos.
Blitz se levantó y comenzó a retirarse. El guardia intenta pegarle de atrás pero antes de que lo alcance Blitz se da vuelta y le pega tres piñas en la cara a una velocidad increíble cayendo éste inconciente al suelo.
-No otra vez-Dijo Pierce cuando vio que los hombres de seguridad comenzaron a rodear a Blitz.
Dos de los guardias fueron a golpearlo pero no pudieron alcanzarlo, se movía muy rápido. Comenzó a golpear a uno por uno hasta que lo agarraron de atrás.
-Creo que debes irte, ya armaste bastante alboroto-Le dijo Pierce que lo sujetaba.
Blitz no dijo nada y se marchó.
-Ahora tendré que darle explicaciones a Ethan-Se dijo Pierce a sí mismo.
La noche fue consumiéndose y unas horas más tarde ya se encontraban los bares cerrados.
El sol del mediodía molestaba a los ojos de Pierce que ya se encontraba levantado. Parado en el porche. Aquel pueblo por la mañana era muy tranquilo. La intensa calma rodeaba el ambiente y el sol iluminaba el verde pasto de jardín.
-Bueno días-Dijo Ethan que recién se levantaba.
-Es un lindo día-Miró al cielo fijamente y continuó-.Hoy en el bar estuvo Blitz, pasó a saludar.
-¡Blitz!-Dijo sorprendido-Había pasado mucho tiempo desde la última vez que lo vi-Por más que haya golpeado a sus guardias estaba alegre de tener noticias de él ya que lo quería casi tanto como a sus dos primos-. ¿A cuántos guardias golpeó?
-Conté tres-Dijo Pierce. Ethan no se sorprendió.
-¿No sabes si vendrá?
-Me dijo que hoy vendría. Pero no dijo a qué hora…
-No importa, esperaremos-Podía visualizarse una leve sonrisa en su rostro.
-¿Noah? No está en su habitación ni tampoco en la casa.
-No durmió hoy en la casa. Abra seguido la fiesta luego del bar.
Pierce no dijo nada. Parecía que le había molestado que no esté. Ethan entró a la casa y se puso a cocinar. Media hora después Noah llegaba caminando.
-¿Dónde estabas?-Le preguntó Pierce.
-Conocí a una chica en el bar y…-Le hizo un gesto y una sonrisa lo acompañaba.
-Parece que te olvidaste de todo.
-No lo hice…
-¡Acá no vinimos a pasarla bien! –Le gritó enfadado-. Estamos acá para recolectar información y si tenemos suerte encontrarlos-Se detuvo un segundo y continuó un poco angustiado-. No vas a entender, nunca lo haces-Se dio media vuelta y se metió en la casa.
Noah no dijo nada. Él no se olvidó ni por un segundo de la razón por la que estaban ahí. Intentaba distraerse por un segundo. Estaba cansado de la angustia y la constante incertidumbre.
Almorzaron callados, el único que intentaba mantener una charla coherente era Ethan.
Luego Noah se acostó y Pierce junto con Ethan se fueron al verde jardín que rodeaba a la casa.
-¿Qué le pasa a Noah?
-Está malinterpretando las cosas. Piensa que hemos venido de vacaciones.
-No creo que sea así. Cada uno piensa diferente, vive diferente. No creas que se olvidó de la razón por la que están acá. Yo creo que trata de sobrellevarlo de la mejor manera posible. Cada uno hace lo que puede.
-Creo que le esta errando al camino…
-Déjalo disfrutar un poco. Hace dos años que ninguno de los dos lo hacen. ¿Porqué no descansan unos días y disfrutan de las cosas que este pueblo les brinda. Playa, tranquilidad, paisajes, FIESTA-Dijo riéndose.
-No puedo. No puedo descansar mientras se que nos necesitan. Simplemente no puedo…
Un hombre delgado y alto con pantalón largo oscuro y una campera negra con la capucha puesta subía la loma de la casa.
-¿Quién es?-Preguntó Ethan.
-¿Blitz?-Se preguntó Pierce, por su cuerpo parecía serlo pero su rostro era casi imposible visualizarlo.
-¡Si es Blitz!-Dijo Ethan sorprendido-. ¡Viejo amigo!
-Ethan… Hablamos adentro mejor, el sol esta matándome.
Entraron los tres a la casa, Blitz se quitó la campera y la remera. La piel de su rostro y cuerpo estaban ampolladas.
-No puedo salir con este sol. Cada vez estoy peor. Tengo que hacer algo con esto…
-¿Los médicos no tienen solución?-Preguntó Ethan aún más sorprendido que antes. Nunca vio a alguien que le afecte tanto el sol.
-No hasta ahora. Ni la tendrán. Ya estoy cansado de hacerme estudios en vano.
Se sentaron en el living y Blitz encendió un cigarrillo.
-¿Qué novedades tienen?-Preguntó luego de largar el humo por su boca. Siempre iba al grano, no le gustaba dar vueltas con temas tan importantes como este.
-Venimos de n pueblo no muy lejos de este. Intentaron matarnos pero conseguimos huir. Nos dijeron que algo sucederá en este pueblo. Tenemos que saber qué.
-¿Algo como qué?
-No lo sabemos-Dijo Noah que se había levantado de la corta siesta-. Solo eso…
-No solo eso-Dijo Pierce-. También Noah recibió una herida con un cuchillo. Era grave. Pero extrañamente al cabo de unas horas, cuando estaba llevándolo al hospital ya estaba curado.
-Qué extraño…-Blitz no parecía sorprendido-. Estaré atento a las señales. Buscaré información e intentaré saber qué se aproxima.
-Nosotros haremos lo mismo-Le dijo Ethan-. Tengo mucha gente amiga que conoce muy bien el movimiento en este pueblo. Ellos me informarán si algo extraño sucede.
-Gracias por unirte en nuestra causa-Dijo Pierce-. Nos estás ayudando sin que te lo pidamos.
-No tienes nada que agradecer. Es lo que siempre hicimos.
Ethan fue a preparar café mientras los demás continuaban hablando.
El sol se ocultó detrás del horizonte y Pierce estaba contándole lo vivido con mikhail.
-¿Mikhail?-Preguntó Blitz. El tono de su voz se había elevado un poco-. No deben acercarse a ese hombre, es peligroso. Tiene a mucha gente bajo su mando.
-¿Sabes quién es?
-Lo sé. Y ahora ustedes también. Ya nadie va a ese pueblo por él. Los controla, están como hipnotizados por él. Es extraño pero aléjense de él. No creo que tenga más información de la que ya les dio-Blitz terminó el último cigarrillo del paquete-. Bueno es hora de que me vaya, el sol ya bajó.
-Las ampollas ya no están-Dijo Noah-.No lo había notado.
-Sanan rápido. Pero tengo que evitar caminar bajo el sol de todas maneras. No sé si empeorará más de lo que ya está-Se colocó la remera y luego la campera negra como sus pantalones.
-Los veré apenas tenga información sobre esto. Si consiguen algo antes que yo llámenme y vendré enseguida. No es bueno hablar estas cosas por teléfono. Sólo díganme que saben algo.
-Lo haremos-Dijo Ethan.
Blitz se marchó bajo la media luna rodeada de estrellas. Extrañamente una mujer de mediana edad los observaba desde la plaza que se encontraba enfrente. Oculta en la oscura noche.
-¿La viste?-Dijo Pierce a Noah-. Junto al gran árbol de la plaza.
Noah observó disimuladamente.
-¿Quién es?-Preguntó.
-No lo sé, pero lo averiguaremos. Ve por la parte de atrás de la casa, intentaremos rodearla. Está más que claro que nos observa por algo.
Noah caminó hasta la parte trasera de la casa y fueron en busca de la mujer que, al notar lo que estaban haciendo corrió hacia el centro de la plaza. Noah y Pierce la corrieron pero a los pocos segundos desapareció entre la sombra.
-¿A dónde se metió? –Pregunto Noah sorprendido, desapareció como por arte de magia.
-No lo sé, pero tengo la sensación de que está por acá.
Buscaron por toda la plaza pero no la encontraron. La mujer, observaba desde lo alto de una robusta rama del árbol más grande de la plaza. Oculta. En sus ojos podía verse un reflejo amarillento como en los ojos de un gato, o un lobo…
Capítulo5
Una gran amenaza.
-Volvamos, informémosle a Ethan sobre esto. Al parecer, no estamos yendo por mal camino. Tenemos que estar atentos ahora más que nunca. Estoy seguro que ésta mujer tiene información valiosa. Estemos preparados para lo que venga. Tenemos que volver a tener contacto con ella, pero esta vez no escapará.
-Es extraño. ¿Por qué no estaba observando?
-No lo sabremos hasta que ella nos lo diga…
Ethan estaba curiosamente observando por la ventana hacia la plaza.
-¿La viste también?-Le preguntó Noah.
-Sí pero la perdí de vista al instante. Por lo que veo no pudieron atraparla-Su rostro serio y su tono de voz estaba más grave que de costumbre-. Se acerca un gran peligro. Mañana hablaré con las cuatro personas más importantes del pueblo-Entre las cinco personas se encontraban: El intendente, el comisario, el anciano del pueblo y la mujer más rica del pueblo.
-No tenemos tiempo que perder-Dijo Pierce-. Mañana nosotros buscaremos información por nuestro lado y estaremos atentos por si la mujer vuelve a aparecer.
Cenaron y luego cada uno fue a trabajar.
Noah le había mandado un mensaje a Blitz pidiéndole que vaya a su bar. Cerca de las dos de la mañana Blitz se encontraba sentado en la barra con un tequila.
-¿Me necesitabas?-Le preguntó y de un saque se bebió la bebida y pidió otro realizando un leve gesto con su mano.
-Anoche, cuando te fuiste-Dijo mientras le servía otro tequila-una mujer nos estaba observando. Intentamos alcanzarla pero desapareció como por arte de magia.
-¿Una mujer rubia?
-Si…-Dijo sorprendido.
-No conseguirán atraparla-Dijo, al parecer no estaba sorprendido.
-¿La conoces?
-Está en este pueblo hace unos días. Está siguiendo mis pasos. No sé por qué motivo pero lo hace…
-¿Estás seguro que no tienes alguna razón como para que te siga?
-No lo sé-Podía notarse un dejo de preocupación en su rostro-. Pero tendré que averiguar qué es lo que quiere. Aunque sea prácticamente imposible alcanzarla.
-Tendremos que tenderle una trampa.
-No caerá-Blitz era muy inteligente y sabía muy bien las cosas que decía-. Es una mujer muy extraña. Tendremos que esperar, dejar que ella se acerque a nosotros…
-Pero eso no sabemos cuándo pasará. ¿Y si tiene información valiosa?
-Lo sabremos…
-¿Pero cuándo?
-La impaciencia te matará Noah. Todo a su debido tiempo. El destino sabe lo que hace, no debes apurarlo ni forzarlo.
-Le haré caso a tus palabras. Esperaremos…-Noah no pareció muy conforme pero si Blitz lo dijo es porque probablemente es lo mejor.
-Muy bien. ¿Tienes algo mas para decirme?-Pregunto pero Noah le hizo un gesto haciéndole saber que no-. Entonces me marcho, tengo muchas cosas que hacer mañana-. Bebió el tequila, chocó los puños con Noah y se marchó.
-La noche está tranquila-Le dijo Pierce a uno de sus compañeros de trabajo.
-Así es, no parece que vengan muchas personas más.
-Pierce ya puedes irte-Le dijo su jefe.
-Muy bien-Dijo mientras agarraba sus cosas.
La noche había terminado. Noah llegó a la casa y Pierce estaba sentado en el porche esperando a que llegue.
-¿Qué haces levantado?-Le preguntó Noah.
-Tengo un mal presentimiento-Se detuvo a tomar una bocanada de aire, miró al cielo y continuó-. Algo nos sucederá-Cuando Pierce tenía un mal presentimiento casi siempre sucedía algo.
-¿Qué podemos hacer?-Le preguntó. Sabía que no podían hacer nada, solo esperar.
-Esperar a que suceda. Estar atentos y afrontar lo que se nos venga. Debemos cuidarnos entre los tres.
-Deberíamos avisarle a Ethan y no olvidemos a Blitz. Está de nuestro lado ahora que regresó.
-Ya lo sé. Mejor ve a dormir, mañana será un largo día.
Una brisa de viento bailó sobre ellos y se marchó. Noah y Pierce se acostaron sin más nada que decir. Ethan aún no había llegado…
El pájaro cantó a la mañana anunciando un excelente día de verano. El gigantesco sol pintó al cielo de celeste y blanco.
Ethan llegó al rato con la clara imagen de preocupación en su rostro. Entró a la casa sin detenerse un segundo y fue directo a la habitación de Pierce.
-Traigo noticias y no son buenas-Dijo mientras tiraba al suelo la frazada que cubría al cuerpo de Pierce-.Ven al comedor, iré a despertar a Noah.
Ni bien terminó de decir eso fue casi corriendo a la habitación de Noah.
-Levántate no es tiempo de dormir-encendió la luz de la habitación-. Debemos estar preparados para lo que se viene.
-¿De qué hablas?-Le preguntó dormido.
-Ve al baño, mójate la cara y ven al comedor. Los necesito despiertos para esto. No les va a agradar lo que escucharán.
Se fue tan rápido como el viento. Estaba exaltado. Pierce y Noah se levantaron y se encontraron en la entrada del baño.
-¿Qué pasó?-Pregunto Noah a Pierce.
-No lo sé. Me despertó y dijo que vaya hacia el comedor. Que tiene malas noticias.
-Lo mismo me dijo a mí. ¿Qué hora es?-Pregunto desorientado.
-Ocho y veinte. Debe tener muy buenas razones como para despertarnos a esta hora.
Ambos se dirigieron al comedor y allí estaba Ethan sentado. Sobre la mesa, tres pistolas.
-Están aquí…-Dijo con la voz grave.
-¿Quiénes están aquí?
-La gente de Escipion. Vinieron para matarlos. Alguien les dijo que vendrían o que eran de acá. No sé como lo saben exactamente pero lo saben.
-¿Cómo lo sabes?-Le preguntó Pierce alzando la voz.
-Hablé con el comisario y está más que claro que no vinieron a vacacionar…
-¿Qué tienes en mente?-Le preguntó Noah.
-Por ahora solo esto. Tomen una pistola cada uno, no se separen de ella. Esperaremos a que vengan y los enfrentaremos. No saben que contamos con la ayuda de Blitz y no tienen que saberlo. A partir de ahora solo hablaremos por teléfono con él. No vendrá a la casa. Ya me comuniqué con él y vendrá por las noches a revisar que nadie se encuentre fuera de la casa. Vigilará desde la zona oscura de la plaza. Se vienen duros días de muerte.
-Esta no es tu batalla-Le dijo Pierce. No quería que a Ethan le suceda algo por su culpa-. Déjanos a nosotros ocuparnos de esto. Nos iremos a un hotel y lidiaremos con este lío nosotros dos. No tienes que arriesgar tu vida…
-No están solos en esto-Le dijo un poco ofendido por lo que escuchó-. No dejaré que les suceda nada y por mí no se preocupen. Ya ordené a dos de mis hombres de seguridad que estén vigilando la casa día y noche.
-Tendremos que protegernos las espaldas-Dijo Noah mientras agarraba la pistola.
-Por mí no se preocupen-El orgullo era una de las características más relevantes de Pierce-. Sé cuidarme solo…
-Tal vez aquella mujer que nos observaba el otro día sea de aquel pueblo-Dijo Noah.
-No lo sé. Pero lo averiguaremos-Le dijo su hermano.
Alguien golpeaba la puerta de entrada. Los tres de un rápido movimiento agarraron las pistolas. Las respiraciones comenzaron a ser más cortas y rápidas. Se miraron y Ethan hizo una seña haciéndoles saber que iría a ver quién es.
Ellos lo siguieron atrás y se acercaron hasta la puerta. Volvieron a tocar.
Ethan abrió de golpe y apuntó con su arma. Eran dos hombres que le apuntaron con su arma pero al ver que era Ethan la bajaron. Eran los dos guardias de seguridad.
-Ya llegamos-Le dijo uno de ellos.
-Lo noté. Estén atentos a todo movimiento extraño que haya y cuídense las espaldas. Cualquier cosa rara que vean me avisan instantáneamente.
-Si señor-Respondieron al mismo tiempo.
Ethan cerró la puerta.
-Vayan a dormir, descansen. Yo intentaré hacer lo mismo.
El ambiente estaba extremadamente tenso. Los estaban buscando. Pronto tendrán que matar o serán asesinados. No sería la primera vez…
Eran las doce del mediodía. Ethan ya se encontraba levantado y preparando el almuerzo. Pierce, que recién se levantaba, fue hacia el baño para ducharse.
Cuando Ethan termino de preparar la bondiola de cerdo fue a despertar a Noah. Al entrar a la habitación vio que se encontraba sentado sobre la cama.
-No pude dormir-Dijo con una voz serena-. Tendremos que asesinar a todos aquellos que hayan venido. Eso implica esconder muchos cuerpos… ¿Dónde lo haremos?
-Yo me encargo de eso. Sólo tienen que tratar de no disparar delante de nadie y colocarle el silenciador a las pistolas. Además no hay otra casa en cien metros de aquí, no creo que vean nada. Tienen que evitar ser vistos.
-No te preocupes por eso, sabes que no somos descuidados con esto. Ellos tampoco nos atacarán cuando haya gente alrededor. Esperarán el momento…
El almuerzo había terminado y la tarde estaba terminando.
-¿A dónde vas?-Le preguntó Ethan a Noah.
-Voy a caminar por la playa. Volveré para la cena-Sin más nada que decir se marchó bajo el sol apagado. Las oscuras nubes se trasladaban con gran velocidad. Bajó la gran loma y caminó las tres cuadras por las calles de arena hasta llegar a la hermosa playa. A través de sus ojos amarillentos observó la inmensidad del mar.
<< ¿Sobreviviremos? >> Se preguntó. Él mar retrocedió unos metros y volvió sin respuesta alguna.
<< ¿Realmente vale la pena todo esto?  ¿Y si después de todo nunca los encontramos? >> El mar se alejó y regresó inquieto. Él sabía que no era en vano. Nada de lo que hicieron lo fue ni lo será…
La blanca arena golpeaba contra sus gemelos. Comenzó a caminar, a pensar…
Una y otra vez la misma pregunta se cruzaba por su cabeza << ¿Los encontraremos? >> El sol juguetón se escondió detrás de los grandes médanos. Allá, donde terminaba el mar, se asomaba una gran perla resplandeciente. Aunque era opaca en una mitad. Casi toda la gente ya se había marchado. Noah volteó para ver como sus huellas, su camino, eran borradas por el mar.
Todo estaba tan calmo. Hacía tiempo que no “disfrutaba” de la tranquilidad. Una pequeña pelota de goma golpeó su cabeza.
-¡Perdón!-Le dijo la mujer mientras la recogía. Aquella le era muy familiar-¿Noah?-Le preguntó al ver su rostro-¡Noah sos vos!-sus labios se separaron y dejó ver sus blancos dientes mostrando una excelente sonrisa. Sus ojos color café mojaron y desprendieron una lágrima. Sus delgados brazos pálidos rodearon su cuerpo. El viento volaba su lacio cabello castaño oscuro.
-Aquí estoy…-Le dijo sonriente. Podía sentir cómo el corazón de aquella chica palpitaba con gran fuerza y velocidad.
-Pensé que te había perdido para siempre-Dijo llorosa.
-Ya no te preocupes por eso-Con sus dedos secaba sus lágrimas-No tengo pensado irme y espero que vos tampoco lo hagas sophia…
Ella golpeó su pecho y se largó a llorar. Noah la abrazó con fuerza y luego la besó. El mar observaba curioso bajo la luna. El tiempo parecía haberse detenido por un instante. El viento rodeaba a los dos cuerpos reencontrados. Los labios mojados de ella rozaban con los cálidos de Noah. Sophia chocó suavemente su frente junto con la de Noah.
-No me dejes nunca. No puedo vivir sabiendo que no estás conmigo…
-No es mi idea-Se detuvo, la miró fijo con sus ojos penetrantes y continuó-¿Cómo es que estás aquí?
-Mi padre vino porque consiguió un buen trabajo, pero nunca imaginé que estarías aca.
Noah y sophia se conocieron en la gran ciudad desde que tenía él seis años y ella cuatro. Los padres de ella eran amigos de los suyos. Empezaron a salir a la edad de dieciséis de Noah y estuvieron más de dos años. Poco antes de la desaparición de los padres de Noah, Sophia tuvo que irse con su familia a Francia por el trabajo de su padre. A partir de aquel 20 de Agosto de 2009 perdieron contacto. Aunque se prometieron que se esperarían y que cuando ella regrese lo buscaría. Parecía un cuento de niños, imposible de que sea realidad. Aunque en el fondo de su corazón, Noah sabía que volvería.
-Te extrañé demasiado-Le dijo Sophia mientras le acariciaba el rostro-. No había una noche en la que no piense en volverte a ver.
Noah sonrió y la besó.
-Te esperé como te prometí-Le dijo-Pero tienes que saber que pasaron muchas cosas en estos últimos años-No quería preocuparla pero tampoco podía ocultárselo.
-Shh-Colocó el dedo índice de su mano izquierda sobre los labios de él-Ya me contarás. Tenemos tiempo…
Noah sabía que su vida corría peligro constantemente y quizás mañana ya no esté. Pero prefirió esperar. Ya habrá tiempo para contárselo y hablar tranquilos.
-¡Ven que te presento a mi mejor amiga!-Lo tomó de la mano y lo llevó hasta una chica de pelo castaño ondulado y sus ojos verdes como su vestido.
-¡Alison él es Noah! –Por la expresión de su amiga se notaba que le había contado de él.
-Noah… ¡El famoso Noah!-Dijo sonriendo.
-¿Te habló de mí?
-Todos los días. Te conocía sin haberte visto-Sophia le hizo un gesto y ella lo comprendió enseguida-. Yo ya me estoy yendo para casa que tengo cosas que hacer…
-Entiendo que quieres dejarnos solos-Le dijo Noah sonriendo, era muy obvia.
-Bueno si. Tienen mucho para hablar y yo estorbo asique los dejo tranquilos. Un gusto Noah-Rió y se marchó.
-No sabe mentir-Le dijo ella. Aún no podía terminar de creer que estaba con él-. Parece un sueño…
-Pero no lo es-Le dijo sonriendo.
Se pusieron a caminar por la playa bajo la luna. El mar se acercaba intentando escuchar la conversación. Caminaron un largo rato. Ella le contó sobre su vida en Francia, sus vacaciones en Inglaterra, sus escapadas a España, Italia y Alemania. También le contó que su hermano (que le llevaba 7 años de edad) se casó y se quedó a vivir en Francia. Se había enamorado de París.
Noah no le contó demasiado. Le dijo que su hermano estaba con él. Que se encontraban viviendo con su primo entre las calles 125 y 4 (en aquel pueblo las calles no tenían nombres sino que se encontraban enumeradas, era prácticamente imposible perderse). Le dijo que Blitz está en el pueblo y ella se alegró al escucharlo, eran amigos de la infancia junto con Noah y Pierce.
-¿Y tus padres?-Le había parecido extraño que no les haya hablado de ellos. Ni siquiera los había nombrado.
Él se quedó mirando hacia el mar y no respondió.
-Era sobre eso de lo que tenias que hablarme…-Lo conocía más que nadie-¿Qué sucede?-Le preguntó asustada. Sabía que no eran buenas noticias.
-Ellos desaparecieron hace dos años…
-¡¿Qué?!-Su corazón se detuvo por unos segundos.
-Nadie los encuentra… Asique comenzamos a buscarlos nosotros. Casi nos matan en varias ocasiones. Sucedieron cosas demasiado extrañas. A veces no entendemos cómo es que seguimos con vida. Yendo tras ellos nos encontramos con que las respuestas a todas nuestras preguntas están aquí, en este pueblo.
Una gran ola reventó haciendo rugir al mar.
Sophia abrió los ojos sorprendida. No podía creer lo que estaba escuchando.
-No estás solo. Yo estaré con siempre con vos…-Lo abrazó fuerte y se quedaron observando a la luna-Siempre te gustó mirar la luna.
El silencio solo era interrumpido por el golpeteo constante de las olas.
Se quedaron un largo rato allí parados. Mirando a la gran perla blanca. Allí, con una dosis de felicidad y angustia en sus corazones. Solos bajo el inmenso cielo y delante del gigantesco mar.
-Los encontrarás-Le dijo-Estoy segura de que los encontrarás. Yo te ayudaré…
-Si estás conmigo corres peligro-Dijo luego de unos minutos.
-No me importa.

-Pero a mí sí. No puedo dejar que te suceda algo-la miró y la angustia lo devoraba por dentro-. Te extrañé y ahora que te tengo no sé si es lo mejor para los dos. Estamos juntos lo sé, pero no podría soportar el dolor si algo te pasara.
-No me sucederá nada, te lo prometo-con una sonrisa siempre lo solucionaba todo.
Cayó una gota sobre la frente de Sophie, luego otra y otra más. El cuelo lloraba sobre ellos al verlos ahí tomados de a mano, mirándose el uno al otro.
-Deberíamos irnos-Dijo Noah al ver la lluvia.
-¿Deberíamos?-Le preguntó-. No dejemos nada, ni siquiera esta lluvia arruine nuestro momento.
Lo besó. Lo besó como si nunca más pudiese hacerlo. Las gotas reventaban contra el suelo y el mar. Ya nadie estaba allí. Solo ellos dos. El mar comenzó a agitarse cada vez más. La luna tímida se ocultó entre las nubes.
-¿Y si vienes a mi casa?-Le pregunto Noah-Así le damos juntos la buena noticia a Pierce.
Ella sonrió y le dijo que sí.
Caminaron por la playa bajo la lluvia. Las nubes se movían sobre ellos. Reían juntos, hacía mucho tiempo que Noah no reía así.
Caminaron las tres cuadras y subieron la gran loma. Ella se sorprendió al ver dónde vivían.
Pierce y Ethan se encontraban en la sala de la entrada, sentados en los cómodos sillones color arena. Estaban bebiendo un whisky importado.
-Les tengo una sorpresa-Dijo sonriendo.
Ellos miraron desentendidos hasta que Sophie se asomó sonriendo.
-¡Sophie!-Dijo sorprendido Pierce y se levantó de un salto.
-Volví-Dijo felizmente.
-¿Sophie?-Preguntó Ethan curioso-¿Es la Sophie de la que me has hablado?
-Así es. Nos encontramos en la playa. Volvió de Francia y se quedará en este pueblo por un tiempo indefinido.
-Sophie es un placer-Le dijo con su típica sonrisa-. ¡Por fin hay un motivo para alegrarse!-Rió contento.
La lluvia había parado.
-Ya mismo estoy haciendo el fuego para comer un exquisito pollo a la parrilla-Se acerco a Sophie y en voz baja le dijo-Es mi especialidad-Le guiño el ojo y se alejó. Cuando se marchaba volteó rápidamente como si de algo se olvidase-. Me imagino que te quedarás a comer… Noah alcánzale ropa cómoda y seca.
-No le avisé a mi padre. Pero lo llamaré. Si es que Noah y Pierce no tienen ningún problema en que yo me quede.
-¡No lo tienen!-Respondio por ellos.
-Bueno entonces llamaré-dijo entre risas.
Ethan se fue al jardín trasero donde se encontraba la parrilla y comenzó con el fuego.
Noah fue en busca de ropa cómoda mientras Sophie hablaba con su padre.
-Dijo que no tiene ningún problema y que si o si te quiere mañana en su casa. No podía creer que estés aquí. Se puso muy contento con la noticia-Dijo al ver que regresaba Noah cambiado y con ropa en sus brazos.
-Mañana por la tarde iré-Le dijo.
-No puedes-Dijo Pierce-Tenemos cosas que hacer…
Noah comprendió por qué le dijo eso. Deben evitar a toda costa estar expuestos. Pero Noah lo había olvidado.
-Es cierto. No podré ir mañana. Tenemos que solucionar unas cosas con Pierce y Ethan. Pero apenas terminemos con esto te avisaré.
-Está bien-dijo un poco desilusionada. Por un lado quería saber qué era eso tan importante que tenían que hacer pero prefirió respetarlos y no preguntar.
-Toma cámbiate en el baño que está en la segunda puerta de la derecha.
Ella fue a cambiarse y regresó. Era un cómodo pijama de seda.
-Si no les importa el carbón ya prendió y hay una mesa con una buena picada y un excelente vino esperándolos en el jardín-A Ethan siempre le gustaron las sorpresas y érta era una muy importante. Tenía la costumbre de festejar.
-Será mejor que vayamos-Dijo Pierce amablemente.
Pasaron por las distintas habitaciones hasta que llegaron al gran jardín. Una parrilla se encontraba rodeada de hermosas plantas. Una gran mesa de roble que se encontraba bajo un techo grueso de vidrio. Dos botellas de vino tinto. Tablas de madera con distintos tipos de fiambres y sobre la parrilla dos pollos pintados con una salsa de curry y miel.
Se sentaron en la mesa mientras Ethan cuidaba al pollo parado junto a la parrilla.
-¿Estuviste en Francia?-Le preguntó Pierce.
-Así es. Aproveché y recorrí varios países de Europa. Y el primero de enero ya estábamos en este pueblo.
-¿Y por qué motivo vinieron?-Pierce no quería parecer pesado pero realmente le interesaba.
-Sinceramente no lo sé. Mi padre no me habla de su trabajo. Dijo que tenía asuntos que atender.
-¿Solo están tú y él?-Le preguntó Noah.
-Sí. Mi madre se quedó con mi hermano en Francia.
-¡Hablen fuerte que no puedo escucharlos!-Dijo Ethan prácticamente gritando.
Ellos rieron y comenzaron a comer la picada acompañándola con muy buen vino.
Las estrellas observaban desde arriba como si fuesen los ojos curiosos del cielo. El pollo ya estaba listo y Ethan fue aplaudido cuando lo llevó a la mesa.
-Realmente eres bueno-Le dijo Sophie.
-Lo sé-dijo guiñándole un ojo y se echó a reir.
-Espero no interrumpir nada-Dijo Blitz mientras entraba al jardín.
-¡Blitz!-Dijo alegre Sophie y le dio un abrazo-Cuánto tiempo sin verte.
-Sophie que agradable sorpresa-dijo con una sonrisa casi imperceptible-¿Qué estás haciendo por aquí?
-Vino con su padre por asuntos laborales-dijo Noah. Ya estaba cansado de oírla decir eso.
-Me parece bien-Blitz se sentó en una de las sillas de madera tallada.
-¿Comes pollo?-le preguntó Ethan.
-No gracias pero si te aceptaré una copa de vino.
-Hoy no irán a trabajar-Dijo mientras le servía vino.
-No avisamos nada-le dijo Noah.
-Yo soy el dueño. Y ya sé que no irán. Yo se los dije-rió y continuó-. Quiero disfrutar de esta noche. No todas las noches tenemos razones como para festejar.
-Mmmm este pollos es una delicia-Dijo Noah sonriente. Por fin el destino se puso de su lado-¿Más vino?-le preguntó a Blitz que ya se había terminado su copa y luego encendió un cigarro.
-Por favor-le respondió y le alcanzó su copa-. La noche esta estrellada. Curiosamente se despejó.
-¡Gracias a Dios!-Dijo Sophie alegre de disfrutar tan bella velada.
-Ya vengo-dijo Ethan luego de que todos hayan terminado el pollo.
-Luego tenemos que hablar-le susurró Blitz a Pierce cuando Sophie no veía.
Pierce le hizo un gesto afirmando lo que escuchó.
-¡Espero que hayan dejado un lugar para el postre!-Dijo Ethan mientras se acercaba con una selva negra-.Es de la mejor pastelera del pueblo.
-Ahora sí que voy a comer-Dijo Pierce al ver a la producida torta.
Comieron todo menos Blitz. Su rostros reservado, hasta se podría decir que se encontraba un poco tenso.
Los dos se pararon y fueron hacia la bodega que se encontraba en el subsuelo.
-¿Qué es lo que tenías que decirme?-Le preguntó-Te noto un poco tenso.
-Lo estoy-dijo mientras encendía un cigarrillo mentolado-. Estamos en problemas.
-Eso ya lo sabemos-le dijo serio. Esperaba algo diferente, no lo mismo de siempre.
-No es lo que piensas… Me han seguido toda la noche. No solo hombres que seguro son de aquel pueblo, sino que también aquella extraña mujer rubia.
-Debe ser una de ellos…
-No lo creo. Su mirada es diferente. Su olor…
-¿Su olor?-Le preguntó extrañado.
-Corremos peligro Pierce-le dijo intentando evadir la respuesta.
-Lo sé, y ahora Sophie también lo corre-Se detuvo un segundo y se cruzó de brazos-. No sé si realmente es una buena noticia que venga a este pueblo. Corre peligro. No solo ella sino que es una debilidad para nosotros. Tenemos que protegerla.
-Noah se encargará de eso…
-No sé si podremos solo nosotros cuatro contra todo lo que se nos viene y pretende que Noah proteja solos a Sophie… Es una tarea muy difícil.
-Nosotros debemos cubrir nuestras espaldas-
-¿Está todo bien?-Les preguntó Ethan.
-temo que el momento en el que nos atacarán será antes de lo que pensaba-Le dijo Blitz. Era un ser muy inteligente y se anticipaba a los problemas-. Tienen que abrir los ojos.
-Los tenemos abiertos Blitz- Vuelvan a la mesa, yo buscaré más vino y regreso.
Pierce y Blitz regresaron a la mesa.
Noah los observó pero no dijo nada. Sabía que luego le explicarán todo.
Ethan no regresó. Pasó largo rato y la charla ya iba concluyendo.
-Bueno yo tengo que irme, ya es muy tarde-Dijo Sophie.
-Yo te llevo-Le dijo Noah al levantarse de su asiento.
-Fue un placer y una gran alegría volver a verte-dijo Pierce mientras la saludaba con un abrazo.
-Nos veremos pronto-Dijo Blitz y la saludó fríamente.
-Está un poco extraño Blitz-Le dijo Sophie a Noah mientras subían al camaro-. Demasiado extraño diría…
-Si está diferente. No sé qué es lo que le sucede…
La mesa ya estaba levantada y Ethan aún no había aparecido.
-Qué extraño-le dijo Pierce a Blitz-. Ethan no volvió más. ¿Estará bien?
-Ethan puede cuidarse solo-le respondió tranquilo-. Abrá ido a comprar algo o tal vez a caminar. Ahora por lo que hay que preocuparse es por lo que se vendrá. Manténganse a salvo.
Se fueron al gran comedor y se quedaron largo rato charlando. Luego de un tiempo escucharon que había llegado Noah por el sonido del motor del auto.
Pierce se paró para ir a recibirlo pero Blitz lo frenó bruscamente.
-Están aquí…-le dijo seriamente mientras le hacia un gesto haciéndole saber que debe guardar silencio.
-¡Pero Noah!-le dijo exaltado.
-Ya nos encargaremos. Ahora debemos apagar las luces. No tienen que saber dónde estamos. Rápido apágalas.
Pierce apagó todo rápidamente y se dirigió a su pieza. Tomó dos pistolas y les colocó el silenciador.
-Toma-le dijo a Blitz mientras le alcanzaba una pistola.
-No gracias, yo ya tengo mis armas-le dijo y al abrirse su campera negra dejó ver sus dos brillantes cuchillos de caza.
Pierce se guardó la pistola y la otra la sujetaba con su mano derecha.
Guardaron silencio y se asomaron por una de las ventadas del comedor. Llegaban a ver a tres hombres subiendo la loma.
-Van a agarra a Noah…-dijo preocupado Pierce-. Tenemos que actuar rápido.
-Guarda silencio-le dijo mientras observaba por la ventana-. Llévame a la puerta trasera. Atravesaron cientos de puertas hasta llegar. Era extraño ya que al estar todo oscuro Pierce estuvo a punto de chocarse con una silla y luego con floreros pero Blitz siempre lo detenía y corregía su camino.
-Muy bien espera aquí-Le dijo Blitz-. No salgas por nada hasta que yo te dé una señal. Si alguien quiere entrar mátalo.
Pierce le dejó entendido que comprendió.
Blitz se colocó su negra capucha y agarró los cuchillos. Luego se ocultó entre las sombras y se alejó ágilmente.
Pierce subió las escaleras y se fue al mirados que se encontraba en lo más alto de la casa.
Pudo ver a diez personas subiendo sigilosamente.
-¿Dónde estará Ethan?-se preguntó furioso.
Luego vio a Noah arrodillado y atado de manos. Su cuerpo sangraba por los cortes causados por cuchillos. Lo golpeaban y querían obligarlo a gritar pero él no lo hacía. Pierce sabía muy bien que era una trampa pero no podía quedarse observando y esperar a Blitz. Luego vio a los dos hombres de seguridad disparando contra los hombres pero éstos no morían. Riendo se acercaron y los asesinaron ferozmente.
<<Son bestias>> dijo preocupado. No había tiempo. Debía ir en busca de Noah aunque le cueste su vida. Debía correr el riesgo y no hacer caso a las palabras de Blitz.
Corrió hasta la entrada y salió con las dos pistolas en sus manos. Bajo la entrada se encontraban alrededor de quince hombres que estaban corriendo hacia él.
Comenzó a dispararles pero no caían.
De pronto un potente disparo se holló y uno cayó muerto y el resto se detuvo a observar de dónde provino.
Arriba, en el tejado se encontraba Ethan con un rifle de gran calibre. Otro disparo y otro cuerpo caído sobre el suelo. Comenzaron a correr en busca de Pierce antes de ser asesinados pero caía uno tras otro. Solo eran tres de los cuales dos de ellos cayeron en pocos segundos. El último lo agarró a Pierce del cuello y le mostró sus afilados dientes blancos. Era extraño. Pierce no podía quitárselo de encima. Un último disparo se holló y éste cayó muerto.
Abajo se encontraba Noah arrodillado y dos hombres apuntando sus garras en su cuello.
Ethan se quedó observando, apuntándoles pero no podía disparar. Si uno de ellos muere el otro asesinará a Noah. Pierce observaba sin nada que poder hacer.
-¡Imbéciles!-Grita alguien detrás de ellos cuando los asesinó de un solo manotazo. Era Mikhail-. Yo me encargaré de esto-Dijo sonriente, como disfrutando del momento.
Ethan le disparó en el corazón pero éste no cayó. Levantó su mano y sus uñas crecieron notablemente. Las dejó caer sobre el cuello de Noah pero Pierce se tiró sobre él. De un empujón lo hizo volar cinco metros por el aire. Ethan volvió a dispararle pero no pareció sentir nada. Noah se levantó e intentó tirarlo al suelo pero no logró nada. Era inmensamente fuerte. Se agachó para tomar el cuello de Noah que se encontraba en el suelo y vuelve a dejar crecer las garras de su mano pero sobre la loma se ve a Blitz parado observando. Se pone de pié y desprende un poderoso rugido. Tan fuerte que hasta aturdió a Noah. Luego se marchó entre los sombras.
Pierce ayudó a levantar a Noah y miró a Ethan desconcertado y él le devolvió el gesto.
-¡Te dijo que esperaras adentro!-Le gritó señalándolo furioso. Su rostro realmente causaba temor-. ¡Casi matan a ambos por tu idiotez y Mikhail aún está con vida!
-¿Qué demonios fue eso?-le preguntó exaltado- ¡Las balas no lo mataban y cuando te vio huyo!
El silencio invadió el terreno por unos segundos.
-Pronto saldrá el sol-Dijo Blitz. Se colocó la capucha-En la parte trasera hay más muertos-Esas fueron sus últimas palabras y se marchó sin hacer caso a las palabras de Pierce diciéndole que se detenga.
Ethan bajó a ayudar a Noah y a Pierce. Sacó su teléfono celular y realizó un llamado.
-Tenemos trabajo aquí-le dijo a aquella persona que estaba del otro lado. Luego cortó.
Pierce guardó silencio y entró a Noah.
Unos minutos después llegaron tres patrulleros y subieron al terreno. Detuvieron los autos y se bajaron. Eran el comisario y cinco agentes.
-Nosotros nos encargaremos-le dijo el comisario a Ethan-. Mañana te espero en la junta.
-Allí estaré…
Ethan entró a la casa y fue a donde se encontraba Noah. Tenía heridas pero no eran mortales. Junto con Pierce las sanaron. Noah se encontraba inconciente.
-¿Qué fue eso Ethan?-Le preguntó esperando que tenga respuesta alguna pero él guardo silencio-¿Qué haremos ahora?
-Esperar…
La charla terminó. Recostaron a Noah y Pierce se quedó con él. Ethan regresó a la bodega y no volvió hasta el mediodía.
El almuerzo esta vez lo preparó Pierce. Noah se levantó alrededor de la una del mediodía. Estaba vendado en varias zonas del cuerpo. Caminando lentamente se sentó en la mesa con dificultad. Pierce llegó con milanesas y ensalada.
-¿Qué pasó ayer?-Le preguntó Noah.
-No lo sé. Pero lo averiguaremos.
-¿Blitz?
-Se fue apenas terminó todo. Algo esconde y no quiere decírnoslo. Mikhail huyó al verlo. Ethan le disparaba con su rifle y ni siquiera caía al suelo…
-Nos estamos enfrentando a lo desconocido. Así nunca ganaremos. Tenemos que averiguar qué es.
-Ahora come. Luego averiguaremos. No tienes que ver a Sophie por un tiempo.
-Sophie… -Dijo. Con tantos problemas se había olvidado de ella-. Corre peligro.
-Lo sé. Pero si no la ves la alejarás de él.
El soleado día los observaba. Ethan apareció una hora más tarde.
-¿Dónde estabas?-Le preguntó Pierce.
-Salí a caminar…
-Ethan si sabes algo…
-Lo sé. Les informaré apenas tenga noticias. Volvió a marcharse y fue a las afueras del pueblo. Entró en una iglesia abandonada y bajó unas largas escaleras. Allí estaban el comisario y el resto de los miembros de a junta.
-Traigo noticias-dijo Ethan seriamente.
-Te escuchamos- le dijo el comisario.
Ethan bajó y subió su cabeza saludando a los miembros en silencio. Luego se sentó.
-Mikhail está en el pueblo. Trajo a sus sirvientes con él.
-Eso ya lo sabemos Ethan-Le dijo el anciano más poderoso del pueblo-. Háblanos de algo que no sepamos.
-Mis balas no le hacen daño.
Todos abrieron los ojos sorprendidos.
-Le disparé cuatro veces y nunca cayó. Temo que tendremos que implementar las municiones de plata. Las balas bañadas no le causan daño.
-Hacer balas de plata es muy costoso Ethan-Le dijo el comisario-. Tendríamos que hacer para todo nosotros y mis hombres.
-Es lo que necesitamos. Se nos vienen tiempos difíciles. Tenemos que estar preparados.
-Pero…-Volvió a insistir el comisario pero el anciano levantó su brazo derecho interrumpiéndolo.
-Ya basta Jhon-Dijo-. La plata la tenemos y los recursos también. Yo me encargaré de hacerlas y las repartiré a cada uno con sus respectivas armas.
-Déjame ayudarte con el dinero-Le dijo Ethan.
-No hace falta hijo. La plata me sobra. El comisario siempre le busca la quinta pata al gayo. En estos días uno de mis hombres les llevará el arma con las balas. Creo que ya no tenemos más nada que discutir.
Se levantaron y se marcharon.

miércoles, 26 de octubre de 2011

Prisioneros de la Luna Capitulo 1 y 2.

Prisioneros de la Luna

Capítulo 1.
 El segundo aniversario.

-Aún lo recuerdo como si hubiese pasado ayer… - Le dijo Noah a su hermano mientras observaba el cielo sobre el césped del jardín trasero.
-Hoy se cumplen dos años de su desaparición. Y aún no sabemos nada de ellos… - Bajó su vista y miró una vez más la fotografía que sujetaba con sus manos en la que estaban sus padres.
-Los encontraremos. De eso estoy seguro-Una lágrima se desprendía de su ojo derecho para escabullirse por su mejilla y luego caer en el suelo.
La noche se encontraba repleta de estrellas de un azul intenso. La luna llena observaba desde lo más alto del cielo. Con su poderosa luz iluminaba al mar que se encontraba a unas pocas cuadras de ahí.
La noche es tan cálida y silenciosa que hasta se podía oír a la leve ventisca. Aquel veintisiete de enero es el día más triste para ambos desde hace ya dos años.
-Ya está la cena lista. –Dijo su primo Ethan asomado desde la ventana del comedor.
Entraron a la casa y se sentaron en la mesa del comedor. Ethan preparó un delicioso plato para aquella noche tan especial.
-Sé que es difícil para ustedes todo esto. Para mí también lo es. Pero debemos mantenernos unidos. Juntos los encontraremos. Luego de la muerte de mis padres ellos fueron quienes me protegieron de todo mal. Lo que necesiten, sea lo que sea, saben que cuentan conmigo.
-Lo sabemos –Dijo Pierce, el hermano mayor-. Pero sabes bien que no podemos quedarnos aquí por mucho tiempo. Hemos venido para recolectar la información que tienes sobre ellos. Y luego continuaremos con la búsqueda.
-Muy bien. Entonces no debemos perder mucho tiempo más. Pero ahora no nos preocupemos por esto. Al menos no en esta noche.
La cena fue concluyendo y una campanada de la iglesia de enfrente anunciaba la medianoche.
Pierce se tomó fuertemente el pecho y con su otra mano trató de sujetarse del mantel pero cayó junto con él al suelo.
-¡¡Pierce!! –Gritó Ethan al verlo caer.
-¿Qué te sucede? –Le preguntó temeroso Noah al ver a su hermano en el suelo. Su cuerpo estaba completamente sudado.
Entre los dos sujetaron a Pierce que se sacudía desesperadamente del dolor. De su boca salía una especie de espuma blanca y sangre. No dejaba de gritar a causa del intenso dolor.
-¡Esto mismo le sucedió el año pasado! –Le dijo exaltado Noah a Ethan -¡El mismo día y exactamente a la misma hora!
Pierce arrancó con las manos su remera y de la desesperación comenzó a rasguñarse el pecho abriéndose heridas.
-¡Sujétale las manos Noah!
Ethan corrió a buscar una soga. Juntó sus muñecas y las ató fuertemente para que ya no pueda lastimarse.
Los gritos continuaban y el dolor era cada vez más intenso.
-¡¿Ethan qué es lo que está sucediendo ahí?! – Preguntaba desesperado Owen Yaz mientras golpeaba a la puerta para que lo escuche.
-Ábrele la puerta Noah. Es un vecino y viejo amigo mío.
Owen entró corriendo y se encontró con Ethan sujetando a Pierce con desesperación.
-¡Dios mío hay que llevarlo al hospital! –Dijo su amigo –Llévenlo a la calle, yo voy a buscar mi camioneta.
Entre Ethan y Noah lo llevaron y vieron a Owen llegar.
-Rápido súbanlo no hay tiempo que perder.
Los tres se subieron en la camioneta y se dirigieron al hospital.
Allí lo atendieron apresuradamente. Los demás se quedaron esperando a que el médico les diga qué es lo que tenía.
Una hora después el doctor llamó a su hermano.
-¿Cómo está?
-No lo sé… -Le dijo preocupado -. Es extraño. Nunca antes tuvimos un caso así. Los síntomas que tiene no son comunes. Ahora se encuentra sedado. Pero no podíamos tranquilizarlo con nada. Tuvimos que aplicarle el triple de la dosis normal. Ahora tiene que descansar y mañana cuando despierte veremos si continúa con el mismo dolor. Mientras tanto lo examinaremos.
-Muy bien yo me quedaré aquí toda la noche –Dijo Ethan.
-Ambos lo haremos. Es mi hermano.
-Owen vuelve a descansar. Nosotros nos encargaremos.
-Muy bien. Si necesitan algo llámenme que vendré enseguida. Avísame apenas tengas nuevas noticias.
Owen se marchó y Ethan se quedó esperando al igual que Noah.
Se quedaron toda la noche.
Ya habían pasado horas del surgimiento del amanecer y fue cuando vieron a Pierce salir caminando de su habitación.
-¿Pierce como te sientes? –Le preguntó su primo.
-Bien. Los síntomas mejoraron una vez que salió el sol. Aunque los doctores no supieron decirme qué es lo que tengo…
-¿Te dejaron ir sin saber que te pasó? – Le pregunto Noah.
-Dijeron que ya estoy bien. Si vuelvo a tener dolor en el pecho que regrese. No saben que me sucedió. Fue extraño hasta para ellos. Mejor volvamos a la casa así nos informas sobre lo que encontraste –Le dijo Pierce a Ethan.
Regresaron a la casa y se sentaron en el comedor. Ethan fue en busca de unos documentos y volvió.
-Aquí esta toda la información que reuní. Al parecer en un pequeño pueblo a cuatrocientos kilómetros  de distancia llamado “Escipion” deben encontrar a un hombre cuyo nombre es Mikáil. Es el dueño de un pequeño bar situado en el centro del pueblo. Él parece haber tenido contacto con sus padres el año pasado. Les ofreció hospedaje por un tiempo ya que también es el dueño de un viejo hotel.
-Muy bien. Entonces partiremos por la tarde en busca de “Mikáil” –Dijo Pierce con una sonrisa arrogante. Tenía la sensación de que le dará la información necesaria.
Almorzaron y luego prepararon las cosas para el viaje.
-¿Ethan tendrás almiento y bebida? –Preguntó Pierce ya que sabe que no volverán al menos por un tiempo.
-Ya les traigo-Se fue por unos minutos y volvió con bolsas llenas de botellas y latas con alimento-. También quiero que acepten esto-Coloca sobre la mano de Pierce un fajo de dinero-. Lo necesitarán.
-Gracias. Llámanos apenas tengas nuevas noticias. Volveremos algún día.
-Y espero que sea con sus padres-Ethan con una triste sonrisa abrazó a Pierce y luego a Noah.
-Estamos listos-Dijo Noah mientras cargaba el bolso con las provisiones.
Pierce coloca el bolso en el baúl de su Camaro dorado del 1970 con techo negro. Aquel auto se encontraba impecable. Le pertenecía a su abuelo.
-Muy bien es hora de marcharnos –Dijo Noah y se despidió de Ethan al igual que Pierce.
Pierce puso el auto en marcha y partieron en busca de Mikáil. Ethan se quedó allí parado en el jardín observando cómo se alejaban. Estará impaciente esperando su regreso…
-Debes agarrar la calle principal y derecho saldremos a la ruta. Una vez allí Ethan nos dio un pequeño mapa con las indicaciones –Dijo Noah.
-Lleguemos lo antes posible al pueblo- Dejó caer el pie sobre el acelerador y el motor del Camaro rugió con gran fuerza.
-¿Crees que los encontraremos? –Le preguntó Noah un poco desesperanzado-. Ya fuimos por varios pueblos y ciudades y aún no sabemos nada de ellos…
-Algo me dice que esta vez tendremos una respuesta-. Lo miró con una sonrisa y continuó-.Esta vez el destino estará de nuestro lado.
-Espero que tengas la razón.
La tarde fue consumiéndose a medida que viajaban por la ruta.
No hablaron durante horas. A Pierce no le agradaba hablar de más y Noah lo sabía mejor que nadie.
Un cartel al costado de la ruta decía “Escipion a 100kms”. Ya se encontraban cerca. El corazón de Noah latía con un poco más de prisa. Aún existía la posibilidad de encontrar a sus padres. El sol ya se ocultó bajo la manta del horizonte y la luna se dejó observar entre las estrellas.
La ruta vacía marcaba el camino de su destino. A los costados no hay más que pasto y árboles.
Luego de un poco más de media hora podía visualizarse la entrada al pueblo, un camino de tierra que se oculta entre los árboles y un letrero de madera que dice “Bienvenidos a Escipion”.
Una calle de asfalto atravesaba la entrada sencilla. Se desviaron de la ruta para adentrarse en el pueblo. Noah no vía las horas de llegar y terminar con tanta intriga. ¿Si sus padres estaban ahí? Y vuelve a surgirle la pregunta que se hace todos los días desde que se fueron... ¿Por qué los abandonaron?
A unos pocos kilómetros se encontraba el pueblo. Pierce, con su mirada fría no expresaba ningún tipo de sentimiento.
Una gota de lluvia se estrelló contra el parabrisas. Luego otra y otra...
-Abra una tormenta-Dijo Pierce luego de mucho tiempo sin hablar-.Tendremos que dormir en este pueblo.
-Lo que haga falta lo haré. Lo único que me interesa es encontrar a nuestros padres.
Pierce acelera un poco más y aprieta el volante con fuerza. En su rostro podía verse una mezcla disgusto y el enojo. Observó a su hermano y levantándole la voz le dijo.
-¡¿Por qué estás tan interesado en encontrar a nuestros padres?!
-Porque por más que nos hayan dejado siguen siendo nuestros padres. Ellos nos criaron y nos enseñaron lo que sabemos. Y creo que tenían una buena razón como para abandonarnos…-Se detuvo a observar a la lluvia y continuó-¿Cuáles son tus motivos?
-Yo tengo mis propios motivos...-Pierce siempre fue muy reservado y casi nunca  se puede saber realmente lo que siente o piensa.
Noah continúa mirando al cielo con una mirada triste.
-Se aproxima una tormenta…
La conversación concluyó. Todas las estrellas se ocultaron detrás de las grises y gigantescas nubes. El cielo lloraba al igual que el corazón de los dos hermanos. Noah no soportaba el silencio de Pierce pero lo respetaba ya que empezó a ser así hace dos años atrás a partir de aquella noche tan especial. Sabía que un secreto oculta detrás de todo esto. Pierce no tenía las mismas razones que su hermano para encontrar a sus padres. Pero desconocía cuales eran.

La lluvia era cada vez más intensa. Los relámpagos y los truenos comenzaron a hacerse notar en aquella fría noche.
Llegaron al pueblo y la poca gente que había bajo la lluvia observaba a los nuevos visitantes. Una nena de cinco años aproximadamente los saludaba sonriente mientras tomaba a su madre con la otra mano. Las calles de asfalto y las casas acompañadas de preciosos jardines hacían de aquel pueblo un lugar hermoso.
-Preguntemos a alguna de estas personas donde se encuentra la plaza principal-.Dijo Pierce.
Se detuvieron un segundo y fue Noah quien le preguntó a una anciana que se encontraba caminando lentamente con su paraguas azul.
-Disculpe… ¿Dónde se encuentra el centro del pueblo? –Le preguntó amablemente. La anciana se le quedó mirando por unos segundos-Es que no somos de aquí y nos preguntábamos…
-Donde se encuentra el centro del pueblo-Le dijo sonriente-. Sigue derecho y en la primera esquina dobla a la derecha-Se puso la mano en su mentón y con un rostro pensante siguió-. Haz cinco cuadras y dobla a la izquierda. Luego serán unas ocho cuadras y llegarás.
-Gracias-Le devolvió la sonrisa y se marcharon.
Como dijo la anciana, doblaron a la derecha al llegar a la esquina y luego a la izquierda ocho cuadras más.
Algún que otro café, librerías, tiendas de ropa, bares y hasta tiendas de antigüedades había en ese sitio. Pero no lograban encontrar el lugar que ellos buscaban. Luego de tres cuadras lo encontraron. Era antiguo y era el único bar que se estaba cerrado.
-Bajemos y toquemos la puerta para ver si alguien nos abre…-Dijo Noah.
Estacionó el auto Pierce y ambos bajaron y se dirigieron hacia la puerta de madera. Golpearon pero nada. Lo volvieron a intentar y no tuvieron respuesta. Luego aplaudieron y lo mismo. Trataron de observar a través de la puerta pero no había ni un poco de luz. Al parecer no había nadie.
-Yo no puedo creer esto-Dijo Noah decepcionado-. ¡Es lo único que faltaba!
-Vayamos a preguntar en el bar de al lado. Quizás tengan alguna respuesta…
-Espero que la tengan-La voz de Noah fue apagándose al igual que sus esperanzas.
Entraron al bar que estaba a su derecha, no había mucha gente. Se acercaron a la barra y le dijo Noah al camarero.
-Disculpe estamos buscando a Mikáil. Según tenemos entendido es el dueño del bar que esta junto a este.
-Así es… ¿Para qué lo buscan?
-Creemos que tiene información acerca del paradero de nuestros padres. Mi hermano Pierce y yo estamos buscándolos.
-Entiendo. Pero lamento decirles que Mikáil se marchó de este pueblo hace ya un mes.
-Te esperaré afuera- Le dijo Pierce con su típica mirada fría como la noche.
-¿No hay forma de encontrarlo? –Le preguntó Noah. Mikáil era la única pista que tenían sobre sus padres. No podía dejarlo ir tan fácilmente.
-Dame un minuto. Te averiguaré.
El camarero se fue a una de las mesas y saludó a tres ancianos que se encontraban sentados en ella. Luego se volteó y miro a Noah, levantó su mano haciendo un gesto para que se acerque.
Noah se acercó a la mesa y los saludó con un leve gesto en su rostro.
-Siéntate muchacho-Le dijo uno de los ancianos. El camarero se retiró de la mesa para seguir con su trabajo-. ¿Buscas a Mikáil?
-Así es. ¿Ustedes saben dónde está?
-Creemos que se encuentra en el pueblo próximo a este. Déjame hablar mañana con el intendente del pueblo. Estoy seguro que él sabe más que nosotros. Descansen ahora, diríjanse al hotel que está siguiendo esta calle dos cuadras más. Se llama “Yleme Hotel”. Digan en la recepción que van de parte de José, que por cierto soy yo-Le sonrió y continuó-Mañana por la tarde regresa y te diré lo que hablé.
-Muy bien entonces hasta mañana-Saludó a los ancianos y se retiró.
Subió al auto donde lo esperaba su hermano.
-Mañana tendrán la información. Uno de los ancianos hablará con el intendente del pueblo. Dijo que vayamos al hotel de aquí a dos cuadras y descansemos hasta mañana por la tarde.
Pierce no respondió nada y puso en marcha el auto. Condujo las dos cuadras y estacionó frente al hotel. Se bajaron junto con el bolso y entraron. Era pequeño y no muy moderno. Tampoco estaba en las mejores condiciones pero serviría para descansar por una noche.
Hablaron con la mujer de la recepción y al nombrarles a José les dio un descuento del cincuenta por ciento en el que ellos no aceptaron. Subieron las escaleras hacia el primer piso y abrieron la habitación número seis. Dos habitaciones, un baño y un pequeño living. Al menos Noah podrá descansar ya que no pudo hacerlo la noche anterior debido a que Pierce se encontraba en el hospital. Noah se acostó sin quitarse la ropa y se quedó dormido en un segundo.
Pierce, en cambio se quedó sentado en el living, pensando durante unos largos minutos. Luego se fue a su habitación y se recostó.
La lluvia cesó y el sol se asomó acompañado de un hermoso arcoíris. Los pájaros cantaban y algunas personas ya se encontraban caminando por la calle.
Cerca de la una de la tarde Noah despierta y ve a Pierce sentado en el living.
-Al fin te despiertas Noah.
-No había dormido en más de veinticuatro horas. Aunque dormí más de la cuenta-Le dijo sonriendo.
-Vayamos a comer algo por ahí y luego al bar. No tenemos mucho tiempo que perder.
Pierce agarró el bolso y bajo junto con Noah. Le pagaron a la señora de la recepción y se retiraron. Fueron a un pequeño restaurante que se encontraba a una cuadra del bar y almorzaron. Ya eran las cuatro de la tarde.
-Vayamos a ver si ya se encuentra el anciano-Dijo Noah a su hermano.
Salieron del restaurante, caminaron la cuadra y llegaron al bar.
-Te esperaré afuera-Le dijo Pierce.
Noah entró y vio a los tres ancianos sentados en la misma mesa.
-Aquí estoy otra vez-Dijo Noah.
-Hablé con el intendente y dijo lo que temíamos. Se encuentra en el pueblo próximo.
-El pueblo maldito-Dijo otro anciano con una voz ronca.
-¿El pueblo maldito? –Preguntó Noah desesentendido.
-Muchacho-Continuó diciendo-. Le llaman el pueblo maldito porque todo hombre, mujer y niño que fue allí jamás regresó ni se escuchó más hablar de ellos. No te dirijas ahí, o no volverás nunca-Le advirtió el anciano de la voz ronca.
-No me queda otra opción. Tendré que ir y encontrarlo.
-Debes tener buenas  razones como para querer ir. Déjame indicarte el camino. Sal de este pueblo y dirígete a la ruta, tan solo debes doblar hacia la derecha, en dirección contraria a la costa. El pueblo está a unos cien quilómetros de aquí. Si entras y sobrevives nos gustaría que vengas a nuestro bar y nos cuentes tu historia.
-Lo haré.
Noah se retiró y se subió nuevamente al auto donde lo esperaba su hermano.
-Está en el pueblo próximo. Me advirtieron de que aquel sitio esta maldito y que…
-No me interesa-Le interrumpió-.No me interesa si está maldito o no. Debemos encontrar a Mikáil. Es lo único que me importa.
Capítulo 2
El pueblo maldito.

Pierce puso en marcha el auto y volvieron atrás.
Salieron a la ruta y siguieron los pasos indicados por el anciano hasta que llegaron a la entrada del pueblo. No tenía nombres ni carteles de bienvenida.
-Llegamos-Habló Pierce luego de unas cuantas horas-. Veamos con qué nos encontramos…
Se metieron en el camino de tierra pero se hacía cada vez más irregular. Hasta que ya no podían continuar con el auto.
-Debemos seguir a pié-Dijo Pierce cuando dejó el auto estacionado en un costado.
-Agarremos el bolso y continuemos. Cuando antes lleguemos mejor, no veo las horas de encontrarme con ese sujeto y nos diga lo que necesitamos.
-Lo sabremos una vez que estemos allí… -Con una voz sobria y su típica mirada fría agarró el bolso y continuó –Estate preparado para lo que sea. Tal vez quieran matarnos, no es la primera vez que lo intentan.
-Lo sé-Noah en cambio en sus ojos, de color café como los de su hermano, mostraba una mezcla entre preocupación y esperanzas-Espero que encontremos lo que hemos venido a buscar.
La gigantesca luna es la única que iluminaba su camino. No saben el porqué pero se sienten más seguros por la noche.
Caminaron durante casi una hora. Hasta que visualizaron la primer casa cerca del camino. Era precaria y a simple vista parece estar abandonada. No había señales de alguna luz prendida. A través de una ventana abierta cuyas cortinas bailan al compás del viento podía verse nada más que la oscuridad.
Saltan la pequeña cerca de madera y se acercan hasta la puerta que no se encuentra cerrada sino que arrimada.
-¿Hay alguien? –Pregunta Noah luego de aplaudir con sus manos pero nadie contesta.
Pierce coloca el bolso en el suelo, lo abre y saca un bate de beisbol de aluminio y dos linternas de la cual una se la da a su hermano.
-Entremos-Dijo luego de cerrar y agarrar nuevamente su bolso-.Cuídame la espalda. Tengo el presentimiento de que algo malo sucedió aquí.
Abrieron lentamente la puerta y ésta crujió como si le molestara que la moviesen. Todo está completamente oscuro. El living se encuentra completamente desordenado. Un viejo sillón tirado en el suelo y una mesa de madera antigua destruida.
La cocina insulsa al parecer tiene las cosas en su lugar. Unas escaleras cuya baranda está quebrada asoma desde el fondo del living.
-Subamos-Le susurró Pierce a Noah que afirmó con la cabeza.
Suben lentamente y por cada paso que dan la madera parece quejarse. Al subir visualizan un angosto pasillo y dos puertas enfrentadas. El suelo se encuentra marcado, como arañado. Noah toca el hombro de Pierce y le indica que vayan primero por la puerta de la derecha. Pierce toma la manija de la misma y la gira lentamente. Abre la puerta y es simplemente un baño común y corriente. No hay nada fuera de lo normal. Vuelven y ahora coloca la mano sobre la puerta de enfrente que se encuentra arrimada. La abre suavemente y para la sorpresa de ambos ven a una mujer sobre la cama completamente descuartizada.
Noah con un rostro de desagrado coloca su mano izquierda sobre su nariz. El olor era completamente asqueroso.
-Tiene bastantes días de muerta-.Dijo Pierce y cerró los ojos del cadáver-Larguémonos de aquí, vayamos a buscar respuestas al centro del pueblo. No nos separemos por nada. Debemos…
Un ruido seco que provino del living lo interrumpe. Ambos se observan, apagan las linternas y bajan lentamente. Casi no podían ver nada con la luz de la noche pero estaba lo suficientemente iluminado como para poder caminar.
Se asoman sigilosamente y se asoman para ver quién está. Para su sorpresa solo era un florero que se cayó por el viento.
-Vámonos Noah, no tenemos tiempo que perder.
Salieron de la casa y continuaron por el camino. Sin decir una sola palabra. Ambos estaban pensando en lo que había en esa casa. Intentando darse una explicación que ninguno de los dos tenía.
A lo lejos podían ver unas cuantas casas a los costados del camino. Ya están a tan solo unos minutos de ahí.
La cálida noche los acompaña en su viaje. Una leve brisa acaricia el rostro de ambos.
Al llegar notan que todo se encuentra oscuro, apagado. Parece un pueblo abandonado.
Todas las casas se encuentran cerradas. Nadie responde a los llamados. Aquel pueblo está completamente muerto.
Caminaron durante largos minutos hasta que el camino se abrió en dos rodeando a una plaza que anuncia el centro del pueblo.
-Bueno aquí es donde teníamos que llegar-Dijo Noah-. Pero no encontraremos nada.
-Vayamos allí- Dijo señalando a una estatua que se encuentra en el centro de la plaza.
Ambos fueron hasta allá y vieron que no era una estatua sino que un hombre asesinado atado a un largo poste de madera.
-¿Qué sucedió en este lugar?-Se pregunto Pierce pero ninguno de los dos tiene la respuesta.
-¡Mueran! –Gritó un hombre que se encontraba detrás de ellos con un rastrillo de hierro en sus manos.
Pierce se da vuelta rápidamente y esquiva el ataque y lo golpea fuertemente con su bate en el rostro dejándolo inconsciente.
Otro hombre se acerca a atacarlos con un palo y le pega en las costillas a Noah haciendo éste un gesto de dolor. Luego de una piña tira al hombre al suelo y lo sujeta fuertemente.
-¿Por qué nos atacan? –Le preguntó Noah.
El hombre con la boca llena de sangre por el golpe sonrió y le dijo –Los impuros deben morir- Y se desmayó.
En ese momento Pierce toca a Noah por el hombro y le hace un gesto para que vea a su alrededor.
Se encuentran completamente rodeados por la gente del pueblo. Algunos con antorchas, otros con palos y rastrillos.
La gente comenzó a acercarse más. Con gran gesto de odio les gritaban, los insultaban, los amenazaban de muerte. Corrieron hacia ellos buscando su muerte.
Noah mete su mano dentro de su campera negra de cuero, saca un revolver y mata a uno de los hombres de un solo disparo haciéndolo volar hacia atrás. Esto hizo que todos se detengan y un gran silencio invadió al pueblo.
-¡Si se acercan serán asesinados uno por uno! –Gritó Pierce-. ¡No sabemos qué es lo que sucede en este pueblo y tampoco nos interesa! –Continuó- ¡Solo estamos buscando a un hombre llamado Mikáil!
Una mujer dio un paso adelante y les gritó – ¡No permitiremos que vuelvan a manchar de sangre a nuestro pueblo!
Todos gritaron al mismo tiempo dándole la razón a la mujer. Y avanzaron nuevamente hacia los dos hermanos.
-¡Ahí vienen! –Dijo Pierce que del bolso sacó una escopeta recortada- Prepárate Noah, esto va a ser muy divertido… -Dijo con una sonrisa arrogante.
Noah puso su espalda contra la de su hermano y comenzaron a disparar. Los pueblerinos comenzaron a caer al suelo de a montones.
El revólver se quedó sin balas y uno de los hombres saltó sobre Noah pero él lo empujó haciéndolo volar varios metros hacia atrás. Volvió a meter la mano entre su campera y de su cintura agarró un cuchillo y mató a los primeros hombres y mujeres que se le acercaban.
Pierce en cambio comenzó a atacar con su bate de aluminio pero se encontraban completamente rodeados y casi sin esperanzas.
-¡¡¡¡ALTOOOOOOO!!!! –Gritó fuertemente un hombre y todos se detuvieron.
Retrocedieron unos pasos y dejaron pasar a un hombre robusto. Se encontraba sin remera y con un viejo pantalón de jean azul. Tanto su rostro como todo su cuerpo se encuentra lleno de cicatrices. Su tez negra como la noche y sus ojos aún más oscuros.
-¿A qué vinieron a este pueblo? Deben de tener una muy buena razón como para haber llegado hasta aquí –Dijo con una voz sumamente grave.
-Ya lo dijimos, buscamos a un hombre llamado Mikáil –Le contestó Noah agitado por la lucha.
-¿Y qué es lo que necesitan de ese hombre? –Le preguntó acercándose a él y observándolo con una mirada oscura.
-Tenemos que hacerle algunas preguntas –Le volvió a responder Noah sin dejarse intimidar por la misteriosa mirada.
-¿Qué necesitan saber? Yo se lo haré llegar…
-Creemos que nuestros padres pasaron por aquí y que él tuvo contacto con ellos. Sus nombres son Dafrosía y Jador.
Los pueblerinos se miraron sorprendidos y comenzaron a susurrase entre ellos.
-¡Cállense! –Gritó el hombre cuyo cuerpo se encuentra repleto de cicatrices-¿Sus padres? Que interesante… Acompáñenme por favor…
Pierce tomó su bolso y junto con Noah lo siguieron. Las personas se abrieron paso y los dejaron libres. Entraron a un viejo bar y el hombre prendió algunas velas. La gente del pueblo los observa desde afuera.
-Sus padres trajeron una maldición a este pueblo… - Abrió una vieja botella de whisky y sirvió en tres vasos brindándole uno a cada uno de ellos. Luego bebió un sorbo y continuó –Teníamos una vida normal. Éramos un pueblo alejado de todo. No teníamos contacto con nadie. Pero estábamos tranquilos… En paz- Volvió a beber otro sorbo de su vaso y lo apoyó sobre la barra-. Nosotros nos conocemos todos y al llegar ellos supimos que no eran de aquí. Fue entonces que me acerqué y les ofrecí hospedaje. Aceptaron cordialmente pero desde esa noche comenzaron a haber constantes muertes. Hombres, mujeres y hasta niños desgarrados. Algunas personas desaparecieron. Esto siempre ocurría por las noches. Fue tanto el temor del pueblo que cuando el sol se ocultaba todos se encerraban en sus casas, cerraban todo y apagaban todas las luces. Pero las muertes continuaban. Se escuchaban gritos descomunales. Este pueblo estaba maldito. Dafrosía y Jador se marcharon en la séptima noche y se llevaron la maldición junto con ellos. Hace semanas que no sucede nada aquí pero el miedo volvió locos a todo este pueblo. Muchas personas inocentes que vinieron aquí fueron asesinadas y atadas en un poste de madera como el que vieron en la plaza. De esa manera los demonios no volverán. Este pueblo no se da el lujo de arriesgar con nuevos visitantes-Los observó amenazante con sus negros ojos. Luego bebió de su vaso hasta acabarlo. Se paró y fue en busca de otra botella-No deberían estar aquí-Se volteó dándole la espalda a los dos-“Small Town”… -Se cayó por unos segundos y continuó casi susurrando-Todo sucederá ahí…
-¿Qué sucederá? –Le preguntó Noah desentendido.
-Ya les dije todo lo que sé. ¡Ahora lárguense! –Levantó la voz y a la vez se le oía como arrepentido de algo. Deprimido tal vez…
-Creo que escuchamos suficiente Noah.
Pierce se paró y se marchó junto con Noah. Los hombres aun estaban afuera observando.
Abrieron la puerta principal y atravesaron a la muchedumbre que los observaban con odio. Susurraban y apretaban con fuerza sus puños. Podía verse la perdición en los ojos de aquellos hombres.
Una vez que se alejaron apenas unos metros de ellos salió Mikáil del bar. Su apariencia tenía peor aspecto que antes. Sus ojos intrigantes eran aún más oscuros.
-Ahora-Le dijo en el oído a uno de los hombres que se encontraba su lado.
-¡Mátenlos! –Gritó aquel hombre y corrió junto con todos hacia ellos.
Noah y Pierce voltearon y observaron como todos corrían hacia ellos desesperados. La sed de sangre era descomunal.
-¡Corre! –Gritó Pierce cuando empujó a su hermano para que reaccione. Luego bajó su bolso y lo abrió sacando la escopeta del mismo y rápidamente volvió a colocarse el bolso en su espalda y corrió junto con Noah.
Algunos hombres los esperaban adelante parados uno al lado del otro. Eran seis.
Corrieron a su encuentro y Pierce voló a dos de un escopetazo. Noah empujó a uno haciéndolo caer al suelo pero otros dos se le tiraron encima. Dispara nuevamente con su escopeta y mata a uno más. Atrás tan solo estaban a menos de cien metros.
Noah se quita a uno de encima y Pierce le pega en la nuca con la culata de su arma al otro. Continúan corriendo pero uno de los hombres que los corría de atrás se tira encima de Noah y se aferra fuertemente.
-Eres mío-Le dijo el hombre sonriendo mientras se agarraba con su brazo izquierda de su cuello y con su mano derecha le clavó tres puñaladas en el abdomen.
Noah cae arrodillado y Pierce rápidamente le dispara al hombre volándole la cabeza. Luego ayuda a levantarse a Noah.
-¡Vamos corre!-Le gritó. Su cuerpo se encontraba lleno de adrenalina-Estaré detrás de ti-Le dijo cuando le tiró las llaves del auto. Noah las agarró y continuó corriendo lo más rápido posible aunque su herida quería impedírselo.
Pierce abrió el bolso y sacó una pistola y su bate. Comenzó a dispararle escopetazos a los primeros en llegar. Una vez que se quedó sin balas la arrojó al suelo con su pistola fue matándolos de a uno. Luego agarró el bolso y el bate y corrió atrás de Noah.
-No llegaremos de esta manera-Dijo al ver que Noah no podía correr con facilidad y ya los estaban alcanzando. Aunque el auto se encontraba cerca no llegarían para escapar-¡Noah tu cargador de pistola! –Le gritó. Noah se dio vuelta y se lo arrojó-¡Tendrás que manejar! –Le gritó. Ahora volvió a colocarse frente a la muchedumbre y empezó a matar a uno tras otro. Aunque por cada uno que caía dos más aparecían detrás. Hasta que ya no tenía más balas y con su bate comenzó a golpearlos. Escuchó al motor del Camaro rugir y luego observó las luces blancas del auto que se acercaban hacia él. Continuó defendiéndose aunque uno de los hombres le pegó un palazo en el brazo haciendo que suelte el bate. Pierce, lleno de ira, lo empujó y lo hizo volar algunos metros por el aire. Completamente descontrolado comenzó a atacar con sus puños a todos aquellos que se le acercaban hasta que Mikáil se colocó frente a él. Pierce le golpeó en el rostro pero no lo tiró como al resto de los hombres, ni siquiera lo movió. Fue como si nunca lo hubiese tocado. Mikáil sonriendo lo observa y lo empuja y ahora, quien voló metros hacia atrás era Pierce. Sorprendido observa como de un salto cae sobre él y lo sujeta del cuello con gran fuerza impidiendo que pueda respirar. Un balazo atraviesa el hombro derecho de Mikáil y Pierce aprovecha para sacárselo de encima. Se levanta y ve a Noah parado junto al auto con su arma en la mano.
-¡Vamos Pierce sube yo te cubro! –Le gritó mientras le disparaba a los hombres restantes. Aunque un solo cargador no alcanzaría.
Pierce se subió en el asiento del conductor y Noah fue del otro lado. Arrancó rápidamente y lograron escapar.
-Eso estuvo demasiado cerca-Dijo Pierce agitadamente-Estuvimos al borde de la muerte.
-Yo estaré muerto si no me llevas rápido a un hospital-Le dijo Noah completamente lleno de dolor. Se levantó la remera y observó las tres profundas puñaladas en la parte derecha del abdomen-Me voy a desangrar…
Pierce se agarra la frente al ver la herida y acelera aún más aunque el camino no los ayudaba.
-Resiste… Volveremos a Escipion.
Salieron a la ruta y llevó al auto a su máxima velocidad.
Noah, ya luego de perder tanta sangre se desmayó. La redonda luna observaba cómo se iba muriendo lentamente.
-¡Aguanta un poco más! –Gritó Pierce tal vez con un poco de culpa.
Luego de un poco más de dos horas llegaron al pueblo pero no había nadie en la calle. Pierce estaciona en la primera casa que encuentra y se baja del auto. Toca apresuradamente la puerta una y otra vez hasta que sale un hombre en pijama.
-¿Qué sucede? –Le preguntó un poco dormido.
-¡Necesito ir al hospital ahora!-Dijo desesperado-¡Sino mi hermano morirá!
-¡Aquí no tenemos hospital!-El hombre abrió los ojos enormemente luego de escuchar esas palabras-Pero sigue esta calle cinco cuadras y luego dobla tres. En la esquina verás una salita donde atienden algunos doctores. Es lo único que tenemos.
Pierce corrió hacia el auto sin decir nada y llevó a Noah hasta la salita. Entró cargando a su hermano y los médicos al verlo lo colocaron rápidamente en una camilla.
-¡Tiene tres apuñaladas en el abdomen!-Le dijo antes de que le pregunte algo.
La doctora le levantó la remera y lo observó.
-¿Estás seguro de lo que me estás diciendo? –Le preguntó desentendida-¿Esta sangre no es de alguien más?
Pierce se acercó a observar y vio que no tenía ninguna herida.
-No puede ser-Dijo mientras se tomaba la frente con su mano derecha-Estoy seguro de que estaba herido.
En ese entonces Noah despierta y se toca el abdomen. Al ver que no tiene nada lo mira a Pierce.
-¿Hace cuanto que estoy dormido? –Le pregunta.
-Tres horas como máximo-Le dice desentendido.
Noah esperaba que le responda días, semanas, no lo sabe. ¿Horas? ¿Cómo es posible?
-Debemos irnos… ¡Ahora! –Le dijo Pierce.
-Lo siento pero no puedo dejarlos ir sin saber a quién le pertenece esta sangre-Dijo la doctora-Tengo que llamar a la policía.
-Lo siento pero no es momento para esto-Le dijo Noah. Se levantó y salieron rápidamente de la salita. Se subieron al auto y regresaron a la ruta.
-¿Ahora a donde vamos?-Le preguntó Noah.
-Mikáil dijo que todo sucederá en Small Town. Volveremos ahí.
-¿Y crees que será verdad?-Noah no creyó ni una sola palabra de las que salieron de la boca de Mikáil.
-No lo sé, pero lo averiguaremos…